miércoles, 26 de septiembre de 2012

Separación padres


La autora hace alusión a la separación de pareja en un apartado muy corto en el que agrupa este tema con otras situaciones dolorosas como también puede ser la muerte.
Jesús y yo nos separamos hace seis meses y siempre tuvimos claro que nuestras diferencias no tenían que afectar a la hija que habíamos tenido en común. Al tener tres años no consideramos necesario ni adecuado explicarle nada concreto sino hacer énfasis en mantener la presencia de ambos en la vida diaria de Magdalena.

A veces las separaciones son inevitables y muchas de ellas son incluso convenientes para la salud emocional de todos (incluidos los niños). De nuevo, por respeto a Jesús, no profundizo en la relación pero si considero que quizás pueda servir que comparta algunas conclusiones.

Los niños perciben y a veces desarrollan enfermedades debido a nuestros desequilibrios emocionales. En nuestro caso, Magdalena dejó de enfermarse en cuanto nos separamos, y ha estado casi seis meses con excelente salud (la semana pasada, unos días después de iniciar el curso cogió el primer virus).

El perdón y la comprensión de que tu pareja lo ha hecho lo mejor que ha sabido, es fundamental. Cuando llegamos a una relación siendo una mitad en busca de la otra mitad...malo!

Todos, en mayor o menor medida, tenemos carencias emocionales que nos hacen actuar de manera que herimos a los que más queremos, pero está claro que si somos capaces de hacer autocrítica, el perdón y la compasión por el otro...llegan solos.
A ser posible, y si se ha podido perdonar (señal que se ha hecho autocrítica) dejar que sean las necesidades del niño/s las que marquen las visitas, no nuestras necesidades.

Ayer por primera vez en seis meses Magdalena pidió para ir a dormir a casa de su padre...¿Podéis imaginar la felicidad del papá? Montamos la cama los tres juntos y todo fué muy natural.
Como bien dijo después Jesús cuando me pasaba el parte por whats up: "esto es un paso pequeño que significa un avance grande".

Aprovechar la soledad para crecer personalmente y convertirnos en el tipo de persona que queremos atraer en un futuro. No os recomiendo seguir mi tendencia (que consigo a veces frenar) de buscar otra mitad y caer en la trampa de siempre.

Y como este post me lo va tener que colgar Jesús porque todavía estoy sin portátil, pues si además de corregirme los acentos (ehem) quieres aportar algo, me encantaría!

Amor y humor!


__Hola, soy Jesús, perdonen mi intromisión en blog ajeno, pero recojo la invitación con agrado, y con, también, algo de compromiso. Por nada del mundo quisiera dejar un post a la mitad! (O como diría la autora, bella en todas sus dimensiones, escribiré no la mitad sino mi parte completa).

Yo no soy nadie para deciros qué tenéis o qué no tenéis que hacer. Los consejos suelen ser, a veces, muy invasivos. Por tanto, al respecto, solo me cabe comentar mi experiencia.

Creo que el mundo marcharía mucho mejor si hiciéramos caso más a menudo a nuestra Intuición. O dicho de otra manera, si nos hiciéramos más caso. Muchas veces, en nuestro afán por hacer todo tan ordenado y perfecto, racionalizamos todo, aniquilando cualquier burbuja de oxígeno, de verdad, de camino. La Intuición que tenemos como padres, como personas, me parece auténticamente revolucionaria.

Mi segunda palabra clave es Naturalidad. Dejar que las cosas lleguen, caigan, se eleven en su momento. Hay un verso en una canción de Gémma y Pavel que dice: ...de alguna forma todo vuelve a empezar, el amor por su propio peso se eleva".
Pues eso.

Un saludo a l@s lector@s de este estupendo rincón!








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