jueves, 4 de octubre de 2012

Cómprame!!!!


Definitivamente...ir al Decathlon con Magdalena no es buena idea...o sí?
Es tentador no exponer a los niños a la atractiva oferta de las tiendas, hombre!...si nos cuesta a nosotros no ceder a las tentaciones...ahora, imaginémonos a ellos. Pero al igual que el ganar y perder o las situaciones conflictivas con sus iguales...estoy aprendiendo que no dejan de ser experiencias que puedo aprovechar para acompañarla en su desarrollo a través del dolor y los límites.

Fuimos al Decathlon para comprar un bastón de travesía del que se había encaprichado la semana anterior cuando fuimos a comprar unos zapatos de deporte. Una de sus bisabuelas le coló unos billetitos en su bolsillo y ella lo tenía claro: lo iba a gastar en el bastón morado.
Es curioso como a veces cuando conseguimos nuestro objeto de deseo perdemos el interés...a mí me pasa a veces, lo que de verdad disfruto es el camino, los obstáculos, las ensoñaciones...supongo que a algo así, pero en un sentido más profundo,  se refiere el famoso poema de Kavafis "Viaje a Itaca".

La cuestión es que a Magdalena ayer todo le seducía menos su ansiado bastón. Un traje de baño de buzo, una pelota...su padre y yo teniamos claro que no le íbamos a comprar nada más...y nos preparamos para marcar el límite pasara lo que pasara.
Y pasó lo que pasó...
El bastón pagado, Jesús al otro lado de las cajas y Magdalena agarrada al cesto de las pelotas. Muy entretenido! Los pensamientos automáticos empezaron a calentarme los ánimos. Hubo lágrimas y mocos pero nos mantuvimos en el NO. Me hubiera gustado decirle que era una caprichosa, desagradecida, insatisfecha...pero me controlé. La cogí en brazos e intenté que se sintiera querida a pesar de la rabieta.
Luego no pude evitar un " pues no vendremos más!" Pero bueno, uno hace lo que puede no? Este es un camino laaaaaaargo y a Itaca llegaremos algún día.

Luego tocaba Carrefour y hubo más de lo mismo...que si una esponja, el dan up, en fin, que nos tocó la interminable tarea de los NOes y sus correspondientes quejas.
Tengo que aceptarlo, todavía es muy pronto para que diferencie el SER y el TENER. Quisiera transmitirle todas estas cosas que voy aprendiendo porque he tenido la oportunidad de vivir en el TENER con todas sus consecuencias.

Creo que no me queda más remedio que permitir que experimente el TENER (con medida) y enseñarle con el ejemplo lo estupendo que es simplemente, SER.

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