sábado, 24 de noviembre de 2012

Comunicación adolescencia


Pablo, mi hijo mayor de 14 años, que reside en Barcelona con su padre, ha venido a casa este fin de semana. Lo recogimos muy ilusionadas Magdalena y yo en el aeropuerto. Cada vez está mas alto, mas guapo..Que delgado estás hijo! le dije yo... en fin, todas esas cosas que decimos y pensamos las madres.

Una vez llegamos a casa, ellos dos se pusieron a jugar como suelen hacerlo, a grito pelado. Con una diferencia de edad de 11 años, y siendo el mayor un varón y la pequeña, una delicada flor, uno podría pensar que el juego pueda suponer un esfuerzo para el grande. En su caso, y si una servidora supera algunos prejuicios y se limita a disfrutar de verlos, la interacción es muy curiosa y beneficiosa para los dos. Gritan, se enfadan pero sobretodo rien. Y esto, para cualquier padre, es la mejor de las melodías.

Pasado el habitual rato compartido, cada uno nos dedicamos a lo que nos apetecía. Pablo subió a jugar a la Play, Magdalena se fue con su papá a la sala de juegos del pueblo y yo empecé a preparar todo para encender la chimenea. No era una tarde especialmente fría pero habíamos pactado previamente ver juntos su serie favorita ( La que se avecina) y me dije yo que ese "sacrificio" tenía que ir acompañado de su beneficio.

Cuando preparo la chimenea siempre conecto con mi madre que falleció hace poco mas de un año: Francisca. Era una mujer con una coraza muy dura, misma que vi desvanecerse en sus últimas semanas de vida. No se escandalicen, por favor, si digo que en su último mes de vida es cuando me sentí mas unida a ella. Acarreaba yo mi macuto de culpas y presiento que no era la única.

Reviví ayer, sin dolor ni nostalgia, las sensaciones que tenía cuando iba a verlos a Mallorca y descubría que mi madre había preparado mi cama y cocinado mis platos favoritos. La observaba organizar dentro de la chimenea los tronquitos de menor a mayor y me preguntaba interiormente cosas sobre ella y mi padre, sus vidas, si eran felices, si me extrañaban o si estaban orgullosos de mi. Apareció Pablo en lo alto de la escalera y sonrió. Me pregunté cuáles serían las preguntas que se haría él sobre mi y mi vida.
Esa misma mañana había escrito un post sobre ser un refugio para nuestros hijos y tenía serias dudas de serlo para Pablo. Se sentó a mi lado, delante del fuego e hizo la broma de tirarle unas patatas fritas campesinas rancias que estaba en la cocina desde la última vez que vino. Nos reímos. Notaba que me miraba. Yo pensaba que me gustaría que fuéramos capaces de hablarnos y preguntarnos cualquier cosa, sin temor a nada, sin tabues.
Me preguntó si lo que estaba pensando era triste.
Soy consciente, porque me lo han dicho muchas veces, que mi expresión se vuelve muy seria a veces. Conmovida por saberme observada por mi hijo adolescente,  recordé ese muro que me separaba de mis padres, consciente de que a todos nos dolía. En honor a ella decidí obviar el muro y descubrí que no era mas que una ilusión.

Me oí a mi misma preguntarle algo que ni siquiera me había planteado ni remotamente

"Cuando me imaginas aquí en Gerena, ¿Sientes pena?"

Con expresión sorprendida pero sobretodo aliviada de poder sacarse la espina dijo:

"Si, me siento culpable de haberme ido de nuevo a Barcelona"

Lo que vino luego es asunto nuestro ( disculpenme ).  Lo que me parece realmente importante y motivo de escribir este post es que el cambio, en el área que sea, está disponible en cualquier momento.

No quiere decir que ahora nos vayamos a contar todo. No lo espero ni deseo. Pero se que este momento de conexión que hemos tenido es parte de este refugio que pretendo ser.

Salud y risa.




viernes, 23 de noviembre de 2012

Rechazo y miedo al rechazo



Si me pongo a pensar en un día cualquiera con mi hija pequeña, me vienen a la cabeza bastantes situaciones en las que podría sentirse rechazada. En algunos casos, reconozco que existe el rechazo por mi parte y en otros probablemente ella lo perciba como un rechazo sin que ni siquiera yo me de cuenta. 

Por poner algunos ejemplos...

Cuando hace una rabieta.
Cuando trata mal a alguien.
Cuando demanda mucha atención y mi mente danza por los cerros de Ubeda y no logro traerla de vuelta a casa.
Los días en que los adultos, muy poco acertadamente, decimos: "Hoy tiene un día tonto"

Otros casos...

Cuando estoy enganchada a internet y le digo "Ahora voy" y pasan mas de 5 minutos.
Cuando me pide para jugar a casitas y lo retraso el máximo posible para ver si se le olvida.
Cuando necesita mimos y no lo se ver (o no lo quiero ver)
Cuando le quito de la mano algo, cosa que no le haría jamás a un adulto.
Cuando me pide que la mire y solo MIRO 
Cuando la corrijo bruscamente
Cuando no la abrazo y beso lo suficiente
Cuando la interrumpo
Cuando no me pregunto a mi misma honestamente si estoy cubriendo sus necesidades emocionales.

Que lea libros sobre crianza e incluso escriba este blog no significa, ni de lejos, que hago las cosas correctamente. Significa que quiero hacerlas bien pero puedo caer en el error de pensar que YA lo estoy haciendo bien...y esa el la trampa.

La validación y el control de los pensamientos automáticos son herramientas que propone la autora para la primera lista y para la segunda lista no hay de otra que estar, jugar, ser, sentirla.

Un niño que se siente rechazado puede llegar a crear una coraza en cierto momento de su vida para dejar de tener ese sentimiento y sobrevivir. Está claro que en cuanto el niño empieza a relacionarse con otras personas en el colegio no vamos a poder evitar que tenga estas vivencias. Pero, ¿Y si nos convertimos en su refugio? Un oasis donde siempre se sienta aceptado, respetado, considerado y amado incondicionalmente. Sabedor de que existe este refugio siempre disponible con su chimenea encendida, probablemente pueda enfrentarse mejor a los rechazos que vengan del mundo exterior. 

La coraza que creamos cuando nos hemos sentido rechazados de pequeños es tan sólida que te llegas a olvidar de que tu mismo la creaste para protegerte del mundo. He ido por la vida de dura, de autosuficiente, de super segura de mi misma, de soberbia, cuando en realidad lo que había debajo era un miedo atroz de ser rechazada. A veces la vida te regala lecciones que traen en un paquetito una herramienta como la que se usa cuando nos quitan el yeso de una pierna. Lo que estoy descubriendo debajo es una piel rosada, muy sensible...el vello se me eriza con facilidad...de ahora en adelante la protegeré de otro modo, una chaquetita de cashemer namá!

Hoy no me queda de otra que solicitar inspección del refugio que le ofrezco a mis hijos. Llamaré al lobo feroz, sin duda el mejor en esto. Y si lo tumba, ¿Pues está claro no? habrá que ir al polvero y cargar de ladrillos la carreta.

Buen fin de semana.






miércoles, 21 de noviembre de 2012

Envidia y niños



Hoy se ha repetido un hecho que ya en su momento me dejó a cuadros (Ein?!) y como ahora son las situaciones que se me van presentando las que definen el blog, pues ha tocado investigación sobre el tema de la envidia ( eclipse jodío!)

Resulta que estábamos pintando cada una un dibujo compartiendo un rato que suelo tomarme en serio ya que aprovecho para recuperar mi ratito de infancia y  me abstraigo por completo. De repente, Magdalena ha empezado a pintar en mi papel, no precisamente con la intención de hermosearlo, mas bien lo contrario. Como he dicho, no era la primera vez. La he mirado y he visto su expresión, no había duda...la sombra de la envidia se dibujaba en su carita. Me he atrevido a preguntarle: "¿Quieres estropear mi dibujo porque te parece mas bonito que el tuyo?" y me ha contestado un rotundo SI. No parecía orgullosa de lo que había hecho, en absoluto, creo que no lo había podido evitar. Solo se me ha ocurrido añadir que era normal que mi dibujo fuera mas "bonito" porque yo era mas grande y había practicado mucho. Podría haber dicho que su dibujo era precioso, incluso mas que el mío, pero en mi opinión hubiera sido un insulto a su inteligencia. Ella ha envidiado mi capacidad de plasmar una realidad figurativa que todavía escapa a sus inseguros trazos.  Se ha quedado conforme con lo que le he dicho y hemos continuado, cada una en su papel.

Una de las definiciones de ENVIDIA que he encontrado es: "La percepción del bien de una persona provoca un sentimiento negativo de malestar, rabia o tristeza. Con frecuencia se considera a la otra persona como culpable de ese malestar, humillación o desdicha"

He leido que la envidia infantil es mas sana pues los niños carecen de los recursos para obtener lo que desean y dependen de sus padres y representantes. Así que la envidia que ha sentido mi hija es comprensible ya que por su temprana edad no ha alcanzado un dominio de la técnica ni mucho menos de la motricidad fina.

¿Y que pasa con nosotros? ¿Sentimos envidia? ¿Cuando decimos envidia sana es realmente sana?

Parece ser que hay confusión con las palabras que utilizamos para identificar algunas emociones, creo yo, por lo mucho que nos cuesta aceptar que las sentimos ( Hello...sombra aquí y sombra allá..maquíllate, maquíllate, un espejo de cristal, y mírate , y mírate )

A veces, cuando decimos envidia sana queremos decir admiración, anhelo...¿nos quedamos mas tranquilos?

¿Quién se apunta a un striptease emocional?

SI, he sentido alguna vez envidia, de la buena y de la mala. Quiero pensar que pocas veces esa emoción ha activado algún mecanismo que haya podido dañar a alguien..si acaso, a mi misma. Pero recuerdo sobretodo cuando tuve una depresión que todos me parecían mas que yo...incluso las videntes del teletarot que salían en la tele! ustedes me perdonen pero es que en el infierno uno se hace muy chico.

Dicen que a veces la llamamos sana ya que nos avergonzamos de sentirla y no podemos aceptarla en nuestros abanico de emociones. pero, ¿Y si la utilizamos para ver las necesidades que nos está mostrando?

Al leer sobre esto me he acordado de un articulo de una metáfora sobre los espantapájaros. Decía algo así como que si el pájaro superaba el MIEDO que le provocaba la presencia del espantapájaros, el MIEDO se convertía en MEDIO para conseguir su objetivo: saber donde estaban enterradas las semillas.

En el caso de la envidia, si analizamos el hecho que nos ha causado esa emoción, podemos aceptarla y conocer en que área sentimos ese "No tener" : lo material, el éxito profesional, lo físico, el amor...y con ese conocimiento podemos marcarnos objetivos e incluso tomar como referencia e inspiración ( si lo merecen) a dichas personas. Durante un tiempo mi "envidia" a San Francisco y Santa Teresa me motivaron a controlar mis impulsos egoístas y a fomentar mi solidaridad ( bendita envidia!)

Y parece que siempre acabo en el mismo concepto de siempre: AUTOESTIMA.  Esa autoestima que, como padres responsables de traer una criatura al mundo, tenemos la obligación de potenciar en nuestros hijos con kilos..que digo, toneladas de amor, cariño, atención, abrazos, besos, tiempo, PRESENCIA PRESENTE.

Y para terminar tengo que reconocer que me han entristecido mucho algunos artículos que hablan de la envidia y de los envidiosos como seres viles. Me imagino a mi leyendo esos artículos cuando estaba deprimida y me hubiera hundido en la miseria. Todos los que en algún momento hemos sentido envidia de la mala, malísima, hemos sido niños inocentes y las circunstancias a veces nos han llevado por el otro camino. No estoy para nada justificando los actos de mala fe que una persona pueda provocar por la envidia; debemos hacernos responsables de nuestros actos. Pero es verdad que si reconocemos en nosotros mismos estas emociones, nos resultará mas fácil perdonar y aceptar los errores de los demás.  Creo que la envidia desaparece o se equilibra en cuanto la persona mejora su autoestima.

Dicen que si la envidia tiñera, el mundo estaría lleno de tiñosos.

y quien  no esté de acuerdo que tire la primera piedra.

P.D: Es la única foto que he encontrado con el espíritu que quería trasladar a este post, el resto son vía directa a víctima-verdugo.

El artículo del siguiente enlace me ha ayudado en mi striptease emocional.

www.soymanitas.com/iexiste-la-envidia-sana






domingo, 18 de noviembre de 2012

Abrazar la sombra


Si abrazamos nuestra sombra, aprendemos a convivir con ella sin culparnos y la mantenemos a raya a través de la auto-observación y la paciencia, podremos abrazar la sombra de nuestros hijos...Abrazar la sombra pasa primero por descubrirla, mirarla, que te asquee, intentar taparla de nuevo ( ya no te lo permite), aceptarla, comprenderla, amarla, aceptar que te va acompañar toda esta vida y supongo que acabamos abrazándola con humor.

Creo que estoy en la fase de aceptarla y pienso llegar a abrazarla. 

Reflexionando sobre este tema en relación a la crianza, pienso que casi todo lo que propone Naomi Aldort tiene este objetivo, no se si consciente o inconscientemente. Los pensamientos automáticos que no nos permiten atender a nuestros hijos cuando nos necesitan en sus explosiones emociones, tienen directa relación con nuestra sombra. Cuando nos habla del odio entre hermanos, está hablando de la sombra de nuestros hijos...

La sombra nos hace sufrir pero nos enseña mas que la luz.

Buscando artículos que me ayuden en el proceso he encontrado este que me ha gustado especialmente, de nuevo de Laura Folleto en su blog abrazarlavida@blogspot.com.es

¿Reconoces el Valor de tu sombra?

¿Qué es lo que más odias de ti? ¿Qué es lo que más te gustaría lograr? Aunque no lo creas, esas dos cosas están íntimamente unidas. Esos aspectos tuyos que no soportas, que te traen dolor o vergüenza, que deseas ocultar, que te hacen tropezar mil veces con la misma piedra son la clave para movilizar la plenitud dentro de ti.

Las partes que constituyen la Sombra son lo no reconocido por nuestro Ego. Como miembro de una familia y una sociedad específicas, escogemos y editamos qué partes mostraremos y reforzaremos, de acuerdo a un ideal de nosotros y del mundo que creamos mayormente en la niñez y adolescencia. Lo que no tiene que ver con ese ideal es negado y rechazado. Es obvio inferir la lucha continua que sostenemos en nuestro interior, con la consiguiente pérdida de energía y satisfacción que esto demanda.

Como en la dualidad hemos asignado a la Sombra/Oscuridad una cualidad negativa, (en lugar de verla como lo que no está en la Luz), tenemos miedo de explorar lo que se oculta de ella. Así, cuando más buscamos la Luz, más pesada se hace la oscuridad. Cuando aceptamos esas partes que nos hacen intrínsecamente humanos, que son comunes a todos, entramos en un proceso de despolarización y armonía y sanamos esa división entre el Ego y el Ser.

Es interesante observar cómo nos esforzamos tanto en negar ciertos aspectos que la idealización ha catalogado de “malos”, en búsqueda de ser “buenos”. Carl Jung preguntó: “¿qué deseas ser: completo o bueno?”. Cuando perseguimos la supuesta bondad sin advertir la fuerza de lo oculto, terminamos siendo “buenudos”, ingenuos, temerosos de lo que se oculta en nosotros (y, por eso, víctimas de lo que tememos). La Sombra tiene un poder asombroso frente a esa versión paliducha que nos vende el Ego.

Cuando accedemos a examinar algún aspecto negado, lo primero que nos sorprende es la gran potencia que tiene. Parte de ella nace de la resistencia que hemos puesto en evitarla y de la consiguiente persistencia que conlleva. Al aceptarlo, se disipa naturalmente. Gran parte es la energía de los Niños Internos que lo han creado.Nuestros padres probablemente rechazaban ese aspecto en particular o nació de un determinado acontecimiento o de algunos mandatos.

Lo cierto es que, detrás del aura de lo malo/rechazado, se esconde el más grande regalo. Cuando atravesamos esa aparente oscuridad, emergemos a la luz que espera ser descubierta. ¿Qué hay en esa envidia que te carcome? La posibilidad de lograr tú eso que deseas del otro. ¿Encubres tu inseguridad? Encuentra la confianza en ti mismo. ¿Alardeas y empujas? Saca el liderazgo para tu propia vida. ¿Temes no ser suficiente? Haz lo que tu corazón anhela.Una vida integral implica el reconocimiento de todas nuestras facetas y su armonización. Detrás de la Sombra, está la esencia de lo que somos, nuestros dones más valiosos, la libertad de experimentar la totalidad y de elegir. La Sombra no es sólo lo considerado “malo” sino más bien el potencial de lo que podríamos ser y hacer. Lo divino escondido. Cuando ya cada aspecto es reconocido como facetas del mismo diamante, éste resplandece en su brillo. 

La Sombra está allí para enseñarnos y guiarnos, ya que porta eso que hemos venido a aprender en esta encarnación. Al honrarla, la ansiedad y el miedo del ocultamiento son reemplazados por la serenidad y la confianza de ser uno mismo, íntegro y poderoso. Al abrazarla, abrazamos la Vida en su totalidad.


viernes, 16 de noviembre de 2012

Buenos días chochete!



Llevo días con esta frase como meta.

Me explico.

El otro día leí una entrevista a una cantante andaluza que se llama Merche en la que explicaba la razón de uno de los títulos de su último trabajo "Luna". Tal canción la dedicaba a una señora de la que guarda un entrañable recuerdo. A la edad de 4 años, o sea, mas o menos la edad de mi hija, se cruzaba todos los días con ella y a pesar de tener que sacar adelante a 4 hijos trabajando de sol a sol, siempre tenía un "Buenos días chochete" para regalarle con sonrisa incluida.

No me identificaba con la señora, no es mi caso, afortunadamente.

Pero esta frase ha sido mi destino estos días, porque significaba recordarme no perder la sonrisa para mi hija, aunque fuera lo único que lograra hacer durante el día. Esa fuerza del amor que nos regaló también la película "La vida es bella". Me encantaría que mis hijos me recordaran como una madre sonriente, alegre y por que no? con un poco de mala leche.

Así que el otro día, buscando de nuevo el sol, saqué a pasear a todos mis yoes que andaban negociando sus respectivos protagonismos. Un poco de luz del sol, me dije yo,  les ayudará a aclararse quien debe salir haciendo mutis, quien se queda y quien, al fin, obtiene su papel protagonista.

En ese paseo me prometí que el día que alcanzara cierto (porque la vida es una tómbola) equilibrio entre mis yoes, escribiría un post titulado "Buenos días chochete" y tal como lo pensaba apareció este árbol frente a mi. Y me dije...si además le pones esta foto tan explícita al post, significará que el Yo jubiloso se ha quedado y ha negociado bien su permanencia.

En Andalucía son muy dados a practicar el "Al mal tiempo buena cara " y la verdad es que se agradece esa broma que sin querer te calienta el alma. Me alegro de vivir aquí.

Aunque a veces uno se pierde y se pregunta ¿Qué hago aquí? (Existencial y concretamente hablando)

Responde alguien ( un yo discreto, tierno pero firme)


TU QUISISTE VENIR A JUGAR 


Otro yo me ha dicho "No a todos les gusta comer tus lentejas, y menos casi todos los días"

Así que...

Quien quiera mis lentejas cuando las cocine le invito a seguirme suscribiéndose con su mail en un recuadrito muy "quequeñito" ( como dice Magdalena) en la parte derecha superior del blog o buscándome por internet cuando se le antoje.

Atentamente

Sonia Rotger Company

Ah! aviso que la canción de abajo tiene efectos secundarios




















miércoles, 14 de noviembre de 2012

Habitarse uno mismo (Belen)



De nuevo comparto un artículo al cual siempre hecho mano cuando quiero hacer balance.

Pertenece a este blog belenpdprado.wordpress.com

Creo que lo estoy logrando, es decir, habitarme...ahora solo falta tener las ganas de salir de mi y seguir el viaje a Itaca ( vaya con los cíclopes y los lestrígones..por no decir el colérico Poseidón!!)

Y espero que el próximo post sea de mi cosecha...

Venga post de Belén:

Habitarse


Habitarse para mí supone cumplir una tarea de vida, anidar intimidad en las diferentes estancias para luego salir y compartir.  Crear un entorno interior cálido al que retirarse, del que disfrutar y en el que descansar. Habitarse supone convivir en armonía con quién se es, no cargar a nadie con la obligación de cuentas o asignaturas pendientes propias, ni salpicar a otros con residuos de temas colgantes. Supone amar y gozar de todo el olor, sabor, visión y textura del interiorismo personal. Representa acompañarse de la propia soledad sin canjearla por cualquier presencia, sin venderse a cualquier postor o impostor.

Habitarse lleva consigo amadrinar los sentimientos, sean los que sean, es liberar pensamientos de interpretaciones y juicios, conlleva calibrar acciones y omisiones para mimarse.  En momentos determinados supone contar con un entorno en el que distanciarse para curar heridas e incluso proteger a quienes quieres de ti. Significa sentirse en las mejores manos, las propias, y no necesitar huir.

Habitarse en mi diccionario personal significa aprehenderse, nutrirse crecerse y mirarse en el espejo, reconocerse y a pesar de los pasares… quererse y sonreír.


Me ha costado, pero he llegado a la conclusión de que son los habitados los están listos para conjugar el verbo compartir, con los cimientos que sostienen a los habitados se puede sumar en positivo y construir cualquier proyecto con confianza, ell@s son los que están especialmente invitados a pasar por aquí.

Bienvenid@s a la aventura de esta propuesta de ”habitación”


Belén .-

lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Culpa de ser Tu?



Hoy me ha llegado este artículo caído del cielo ( Gracias )

Hola, soy Laura Foletto.
Tema recurrente en terapia: la culpa. Por si hago, por si no hago; por si soy egoísta, por si doy demasiado; por si fui esto o aquello; por si tengo, por si no tengo… por cualquier cosa… el ego siempre se las ingenia para encontrar motivos.

Nace en nuestra infancia, cuando nos manipulan/amenazan con dejar de amarnos, de reconocernos, de apoyarnos, de estar, porque no somos como nuestros padres quieren que seamos. Revoltosos, gritones, llorones, sensibles, agresivos, encerrados, salidores, lectores, volados, contestadores: podemos ser de muchas formas, pero si no se adecúan a lo que ellos esperan, nos tratan de formar a su imagen y semejanza o a lo que ellos piensan que es lo mejor para nosotros. 

La manipulación puede darse explícitamente (“no te voy a querer más si haces esto”, “me lastima que seas así”, “está mal que pienses de esta forma”, “no eres capaz de hacerlo”) o implícitamente (silencios, gestos represores, falta de cariño, no hablar de determinados temas). El hecho es que nos queda una sensación interna de que somos inadecuados, insuficientes, malos, erróneos, feos, anormales, etc. 

Podemos responder siendo adaptados o rebeldes. Los primeros ceden y se transforman en niños buenos, siguen las reglas, se conforman al sistema. Los segundos continúan reclamando aceptación a través de conductas agresivas, de hacer lo contrario a lo que se espera de ellos, llevando sus exigencias a la sociedad a través de luchas por distintas cosas. En la base, ambos son dos caras de la misma moneda. Cambia la actitud, pero siguen sintiéndose incompletos, necesitados, incorrectos.


De esta falta de aceptación de uno mismo nacen los “debería”, los “tengo que”, que martirizan con sus exigencias y perfeccionismos. Lo que está en el fondo es “si fuera de tal forma, entonces tendría…”. Nos llenamos de pequeños y grandes programas para lograr metas exteriores, para adaptarnos y manipular como hicieron con nosotros, para tapar el vacío y lo que consideramos malo, para cambiarnos por lo que parece ser el modelo social de éxito. Es la fórmula de la desdicha y la frustración, porque sólo podemos ser felices siendo quienes somos y no otros.

Como es imposible dejar de ser uno, aparece la culpa y ésta exige castigo. ¡Y somos muy ingeniosos en castigarnos! Y crueles, porque buscamos nuestros lugares más preciados y sensibles. Y porque lo hacemos eterno: no bastan unos años, es cadena perpetua. Cada nueva caída clama otra sentencia y así andamos, dejando en la cárcel a nuestros Niños Internos, privados de amor y apoyo.

¿Cómo lo liberas? Reconociéndolo y aceptándolo así como es: un niño maravilloso, original, precioso, lleno de dones y cualidades, inocente, alegre, entusiasta, deseoso de jugar en el mundo a sus anchas, ilimitado. Perdonando a tus padres (porque forman parte de la cadena de culpabilidad e inconciencia de la humanidad; porque hicieron lo que podían o creían mejor o repitieron con ellos; porque tú los elegiste para acabar con el asunto,) y a ti mismo, por sobre todo.

La conciencia es el antídoto. A tu Ego le falta todo. A tu Ser no le falta nada, es completo. Cuando comprendes, rompes el hechizo y encuentras la paz de ser tú mismo. Transfórmate en los Padres amorosos y contenedores que tu Niño necesita. Así se rompe el círculo vicioso. Llévalo de aliado en tus juegos. Deja de ser ese ser abrumado, exigido, pesado por la carga de la culpa y entiende que viniste a jugar en un mundo amable. Dale cariño, apoyo, contención, halagos. Rían juntos, iluminando el mundo.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Recordatorios



Lleva días lloviendo, dentro y fuera.

De nuevo montada en la montaña rusa emocional y después de una reconfortante charla al calor de una infusión, he salido de casa en busca de un rayo de sol que se ha asomado a mi ventana. El rayo ha durado poco, pero por lo menos ya estaba en la calle. 

Vivo en un pueblo de 7.000 habitantes y sin darte cuenta, pueden pasar semanas sin que, simplemente, pasees por él. Faltaban 20 minutos para recoger a Magdalena y he escogido un banco a pie de la calle principal para practicar uno de mis hobbys favoritos: El voyeurismo. Nunca lo he practicado en Gerena  y sin las gafas de sol quedaba muy expuesta, pero aun así, ¿Por qué no? me he decidido a probar. Lo de mirar siempre ha sido lo mío;  Observar a la gente me lleva siempre a la reflexión y a mis pequeñas pero valiosas verdades. 

Desde hace un tiempo le añadí a mi hobby un componente constructivo y empecé a fijarme en los pensamientos que pasaban por mi cabeza, sobretodo cuando miraba a alguien que me provocara algún sentimiento negativo. Me obligaba a descubrir la razón de ese sentimiento y la verdad es que a lo largo del tiempo he descubierto muchas cosas de mi misma haciendo este ejercicio. Ultimamente me estoy exigiendo mas y trato de imaginarme el niño interior de la persona y casi siempre, si me concentro, llego a sentir algo similar a la ternura. Y así, por arte de magia, ese muchacho de cabello engominado con aires de grandeza que parece mirar a los demás por encima del hombro, empieza a transfigurarse delante de mi para acabar convirtiéndose en aquel niño que no recibió toda la atención que creía merecer. Si hilo mas fino me reconozco a mi misma, Si, yo también soy él.

Pero hoy no tenía energía ni amor que me sobrara para tal ejercicio, hoy no. Hoy buscaba alguien que me emocionara sin tener que esforzarme por ver el lado bueno. El regalo no se ha hecho esperar. He escuchado detrás de mi unos pies que se arrastraban y me he dado la vuelta. Una anciana que tengo vista del colegio caminaba lentamente un poco encorvada y con las piernas hinchadas, una de ellas vendada, y con unas zapatillas de andar por casa. El pie de la pierna vendada debía estar hinchado porque la zapatilla la llevaba, como decimos en mi tierra "entapinada". Se ayudaba con una muleta. 
Yo estaba sentada a unos 50 metros de la escuela. "Ya le falta poco" pensaba para mis adentros...pero en vez de seguir recto ha cruzado el paso de cebra y se ha dirigido al kiosco de chucherías. Supongo que yo debía estar a flor de piel porque ese trayecto de mas, dadas sus condiciones físicas, me ha parecido digno no solo de una superabuela sino de una heroína octogenaría. 

( Ahora si que eran imprescindibles las gafas de sol, snif )

A partir de ahí mi corazón estaba colmado y satisfecho por ver una vez mas la maravilla que es vivir si uno puede presenciar estos milagros. También me hizo pensar en una conversación que habíamos mantenido por la mañana respecto a las personas mayores que no encuentran razón para seguir viviendo. Me he imaginado a esa abuela que, a sabiendas de que somos simples mortales, piensa en algún momento melancólico a la vez que realista: Esta puede ser la última tarde que pase con mi nieta. 

Me acordé de un cuento que leí sobre una mariposa que equivocadamente pensaba que era de las que vivía un solo día y se propuso vivirlo a tope y con alegría. Luego descubrió la verdad, que iba a seguir viviendo, pero siguió repitiendo esa forma de vivir hasta que de verdad le llegó su hora.

Todas estas reflexiones han supuesto un estímulo para hacerme estos recordatorios:


  • La vida es fugaz 
  • Tengo 40 tacos y debo comer menos nutella
  • Un banco en Gerena es tan bueno como un banco en Sevilla
  • Si en un mal día deseas ver un rayo de luz, el rayo llega. 



miércoles, 7 de noviembre de 2012

La distracción como estrategia. Naomi Aldort




Esta mañana me he despertado pensando que sería un buen día para profundizar en la distracción como estrategia para evitar la expresión de los sentimientos. Lo había leído en el índice y me daba curiosidad saber lo que la autora opina sobre este recurso que tantas veces utilizamos y que al parecer no es del todo inocuo para nuestros cachorros.

Parece que el universo haya querido dotarme, aun no se si de una prueba o de un buen ejemplo para el post de hoy... la cuestión es que antes de leerme lo que hoy transcribiré, ha sucedido lo siguiente.

Como cada día, cuando se acerca la hora de salir hacia la escuela, voy sacando el cochecito a la calle y lo dejo en la acera con su freno puesto. Mientras lo hago, voy llamando a Magdalena para que se suba. Habitualmente tengo que insistir para lograr que se monte pero hoy, mientras yo trasteaba en el garaje, se ha subido sola y al haberme descuidado de ponerle el freno,  ella y el cochecito ( este último ha quedado encima de ella) han acabado en la calle encima de un charco. En aquel momento han sido varios mis pensamientos (no se si por este orden): Maldita sea! no he puesto el freno! ; Lo que faltaba, que llegamos tarde; Y encima habrá que cambiarla; Menos mal , no se ha hecho daño, es solo un susto. 

De todos los pensamientos, seguramente el mas dañino para Magdalena es el último y concretamente una palabrita de 4 letras : SOLO

Por supuesto que esta reflexión ha sido posterior al drama que se ha montado en un momento. Como en mi cabeza pesaban los pensamientos prácticos no le he dado la importancia que se merecía a ese susto. Por tanto, me he limitado a cogerla, abrazarla ( pero para llevarla al sofá y cambiarla de ropa) y decirle como si fuera un mantra "Ya está, ya está, ya está". 

Al décimo "Ya está" el volumen y profundidad del llanto se habían multiplicado exponencialmente y todos los vecinos que pasaban llevando a sus respectivos niños al cole, paraban y preguntaban ( perfecto!!!!). Podría haberla distraído con una pastillita de chocolate o diciéndole que cuando saliera del cole le compraría una chuche pero tenía muy presente el tema de la distracción y lo he logrado evitar. 

Aun así, la resolución del "problema" era mucho mas sencilla: PONERME EN SUS ZAPATOS. 

Si hago el ejercicio de imaginarme a mi niña de tres años montándose alegremente en su carro como cada mañana y notando con angustia que el carro empieza a desplazarse hacia delante volcando al llegar a la acera, quedando ella debajo aplastada y encima de un charco...no me queda mas remedio que asumir que el hecho de que no se haya hecho daño físico no significa que el accidente no le pueda haber causado un stress significativo. El llanto había aumentado porque su madre estaba de alguna manera negando ese hecho al no validarlo. 

En cuanto me he puesto a su altura olvidando que podíamos llegar tarde y le he dicho: "Magdalena, llora todo lo que necesites que mamá está aquí secándote las lágrimas" ha parado inmediatamente y hemos podido conectar visualmente. Su mirada era una mezcla de agradecimiento y de "Al fin has pillado lo que necesitaba". 

Y ahora lo que dice la autora sobre la distracción:

"La distracción es otra estrategia para evitar o negar los sentimientos. Ofrecer caramelos o una actividad divertida a un niño disgustado le indica que hay que huir de los sentimientos. 
El mensaje que el niño interioriza al distraerle es que experimentar sentimientos no está bien: Mamá no quiere que demuestre mi dolor. No debo sentir, no debo expresar dolor. Tengo que ocuparme enseguida con otra cosa.
Distraer a un niño de sus emociones también puede ser una de las causas del consumo posterior de drogas, el mas uso de analgésicos y una tendencia a buscar siempre respuestas fáciles. Puede formar a un niño para que se convierta en un adulto que se sienta fácilmente abrumado porque su tolerancia ante la dificultad sea baja. Evitar disgustos al niño limita su libertad para vivir una vida plena y emocionante"


jueves, 1 de noviembre de 2012

Niños y sonidos no armónicos ( que no ruidos )




Una agradable sorpresa me esperaba en mi correo, un mensaje de uno de mis lectores ( el padre de mi hija, ja,ja), en el cual me pedía que tratara un tema que le había tocado vivir en su infancia y que tras un viaje en coche con Magdalena, le había parecido necesario y útil trasladarlo a un post.

Transcribo porque el propio mensaje ya lo dice todo.

Eso sí: una petición de un lector: no habría la posibilidad de que escribieras un post dedicado a la siguiente situación muy común:

Niño que hace 'música' (golpes con bolis, cuchillos, tenedores...o que canta, murmulla melodías...) Y que es interrumpido casi siempre brûscamente por otros adultos censurándole la acción por molesta ?


Sí, es autobiográfica. La pensé hace unos días, y hoy en el coche me he vuelto a acordar cuando Magdalena se ha tirado casi 1 hora haciendo sonidos con la voz disonantes y poco melódicos. 
En ningún momento se me ha pasado por la cabeza decirle que parara, pq sé, por propia experiencia, que en su cabeza estaba ocurriendo música, y que lo que me llegaba era solo una parte de la sinfonía.
Tiene un instinto musical que le hace crear música mentalmente con 3 años, y sé que esto es muuuy común. (roberto también verdad?)
A mi esto me parece muy importante, porque yo he vivido cómo se me censuraba constantemente mis sonidos y ruidos que escapaban del interior de mi cabeza donde una bella melodía estaba sucediendo.

Igual no te parece motivador para un post, pero como fiel lector de todos tus posts me he permitido esta licencia.



Solo añado posibles ideas para evitar llamarles la atención y no volvernos locos:


Ponernos tapones

Pasar a la ensoñación trayendo a la mente algún suceso muy agradable.
Invitarle a hacerlo en algún lugar donde retumbe menos como el exterior ( siempre y cuando no sea hora de siesta)
Pensar que, como bien nos demuestra Jesús, es algo fantástico que está sucediendo en su interior y que si lo bloqueamos será como si pretendiéramos encerrar mariposas de colores dentro de un frasco. Bien que aguantamos las torturas del dentista por no decir cuando nos abrimos de piernas ante el ginecólogo. No nos gusta pero sabemos que el sacrificio es por un bien mayor: La prevención. 

Aquí lo que estamos previniendo, o mas bien, protegiendo, es la libertad de la creación, la manifestación del espíritu, el porque de nuestra existencia.


A Dios gracias, a Jesús no se lo "mataron" pero si le frustró lo suficiente como para que después de treinta y tantos años siga siendo un recuerdo amargo de su infancia.


El video es de una de mis canciones favoritas de Jorge Drexler "Todo se transforma"...aunque escuchándola hoy me doy cuenta de que lo que el libro propone nos pide trascender de alguna manera este tópico de se da lo que se ha recibido. Nos pide romper la inercia para rectificar y transformar una mala experiencia en la infancia en una base de comprensión de lo que necesitan nuestros hijos hoy.





 

Arrebatos emocionales. Naomi Aldort


Dice la autora:

"La mayoría de nosotros apreciamos, e incluso fomentamos en nuestros hijos, la risa, la creatividad y otras formas agradables de autoexpresión. Sin embargo, cuando un niño expresa dolor, rabia, celos, soledad, desilusión o pena, somos propensos a detener el sano flujo de sentimientos, dificultando su desarrollo e interfiriendo en su bienestar emocional. la tendencia de buscar maneras de solucionar la situación puede distraernos de la necesidad del niño de liberar sentimientos "

Hace bastante tiempo que leí este párrafo y lo tenía pendiente ya que me pareció que podía revelarme mas de lo que se entendía con una primera lectura. Ultimamente estoy escribiendo menos y es porque lo necesito menos. Si, este blog existe porque lo necesito ( necesitaba ?). Desde que lo inicié me preguntaba interiormente ¿Por qué lo escribes?...y las respuestas venían de diferentes partes de mi ser...del ego...y también del corazón. Creo incluso que durante un tiempo era mi forma de amar, de salir de mi para entrar en contacto con quien quiera que fuera el que leía mis posts. También me di cuenta que el hecho de no tener apenas comentarios era un forma que tenía el universo (= Dios) de enseñarme a trascender la necesidad de reconocimiento. Y siento que superé "la prueba" ya que he seguido escribiendo con idéntico entusiasmo. Siento que se caen algunos velos que cubrían mis certezas y camino mucho mas ligera. Una creencia puede ser desmontada de repente, sin tu quererlo, deja de ser cierta y se va...como cuando un reptil cambia su piel, sin mas...sin meterle cabeza. 

Los ajustes que se han hecho en mi forma de educar gracias a este libro, me permiten ahora actuar de una forma mas natural y amorosa, por tanto, ocurren situaciones a diario en las que aplicarlo pero no soy consciente de como las resuelvo porque la nueva forma ha venido a sustituir a la otra, en la mayoría de casos. Supongo que como cuando aprendes a conducir un coche con marchas que llega un momento que ya no piensas todo ese lío de embragar, pie hacia delante, pie hacia detrás ( yo solo se conducir automático y el standard me parece lo mas complicado del mundo).

Por tanto, aunque me faltan partes del libro super interesantes relacionadas con el título de esta entrada, me temo que los posts serán mas espaciados en el tiempo. 

Como ya conté en una ocasión, mi energía ahora está mas en la acción que en la reflexión. Estamos acondicionando un campito para los niños y mi creatividad y alegría actualmente van en esa dirección.

y finalizado este preámbulo...unicamente compartir la reflexión sobre el fragmento de hoy. 

Pienso que si les enseñamos a nuestros hijos que el llanto, la rabia, la tristeza son emociones inherentes al ser humano y por tanto, naturales, positivas y que deben ser expresadas porque el hecho de no hacerlo puede provocarle desequilibrios varios, estaremos favoreciendo que sean seres humanos, ya para empezar, que se sepan escuchar a sí mismos y se permitan liberar lo que tenga que ser liberado.

¿Por qué digo esto? porque si no relacionáramos llanto, rabia , tristeza con algo NEGATIVO, no nos asustaríamos tanto cuando nos sentimos tristes o lloramos sin parar durante unos días. A lo mejor gastaríamos menos en anti-depresivos si aceptáramos nuestros estados de ánimo como algo natural y simplemente gastáramos nuestra energía en saber de donde proviene, qué necesita ser desbloqueado, superado, abandonado o sencillamente, dejar ir a través de esa emoción.

Solo hace falta ir a Google y poner "liberar emociones" y aparecerán todo tipo de terapias, métodos y artículos para precisamente liberar emociones bloqueadas, la mayoría desde la infancia. Oye..y todas estas terapias cuestan una pasta...mira todo lo que les podemos ahorrar a nuestros hijos en un futuro si les permitimos tratar con sus emociones amorosamente desde ya.

Y esto solo lo pueden aprender si cuando experimentan estas emociones se sienten ACEPTADOS y AMADOS por sus padres. Y conforme crecen ir introduciendo estos conceptos a través de los cuentos o una simple charla con palabras sencillas.

Para poder aplicar esto, sin duda, lo primero que debo hacer es yo misma creérmelo e integrarlo. Habitualmente mi manera de integrar algo como verdad para que ya me acompañe de por vida es con la experiencia personal, es decir, un hecho significativo. Y ayer la vida me lo dio. 

Ayer, Mónica y yo fuimos un ratito al campo para ver la mesa de agua y arena que estamos preparando, las maderas que nos regalaron para hacer material Montessori y para seguir devolviéndole la dignidad a una casa que por las circunstancias que sean, se ha abandonado. Como es habitual solemos hablar mucho de nuestras emociones y cuestiones personales y ella me dijo que había estado revisando el libro que ha escrito antes de presentarlo a las editoriales y que como refleja cuestiones de su infancia había llorado. Inmediatamente mi inconsciente dio por sentado que Mónica estaba triste y como la quiero mucho, pues mi mente buscaba la manera de animarla y en esa búsqueda racional, me quedé bloqueada y me sentí incapaz de decir nada divertido. Y ahora viene lo mejor...cuando nos despedíamos en el coche le dije "Anímate hija " y ella me contestó muy naturalmente "No, si estoy bien, que haya llorado no significa que esté triste...estoy así porque no estaba del todo presente, nada mas". Y es cuando me acordé de este fragmento y de esa enseñanza oculta que intuía que traía consigo.

Si yo no hubiera asociado llorar con estar mal, no hubiera perdido el tiempo en pensar como animarla puesto que, como no tenía que animarla, esa búsqueda solo podía llevarme a la frustración. De hecho, si en verdad hubiera estado triste, lo que habría intentado aplicar es otra forma que tenemos los adultos de evitar el llanto del niño: la distracción. Y según el libro, también es una táctica discutible. Pero este es otro post...

Salud!