Hoy se ha repetido un hecho que ya en su momento me dejó a cuadros (Ein?!) y como ahora son las situaciones que se me van presentando las que definen el blog, pues ha tocado investigación sobre el tema de la envidia ( eclipse jodío!)
Resulta que estábamos pintando cada una un dibujo compartiendo un rato que suelo tomarme en serio ya que aprovecho para recuperar mi ratito de infancia y me abstraigo por completo. De repente, Magdalena ha empezado a pintar en mi papel, no precisamente con la intención de hermosearlo, mas bien lo contrario. Como he dicho, no era la primera vez. La he mirado y he visto su expresión, no había duda...la sombra de la envidia se dibujaba en su carita. Me he atrevido a preguntarle: "¿Quieres estropear mi dibujo porque te parece mas bonito que el tuyo?" y me ha contestado un rotundo SI. No parecía orgullosa de lo que había hecho, en absoluto, creo que no lo había podido evitar. Solo se me ha ocurrido añadir que era normal que mi dibujo fuera mas "bonito" porque yo era mas grande y había practicado mucho. Podría haber dicho que su dibujo era precioso, incluso mas que el mío, pero en mi opinión hubiera sido un insulto a su inteligencia. Ella ha envidiado mi capacidad de plasmar una realidad figurativa que todavía escapa a sus inseguros trazos. Se ha quedado conforme con lo que le he dicho y hemos continuado, cada una en su papel.
Una de las definiciones de ENVIDIA que he encontrado es: "La percepción del bien de una persona provoca un sentimiento negativo de malestar, rabia o tristeza. Con frecuencia se considera a la otra persona como culpable de ese malestar, humillación o desdicha"
He leido que la envidia infantil es mas sana pues los niños carecen de los recursos para obtener lo que desean y dependen de sus padres y representantes. Así que la envidia que ha sentido mi hija es comprensible ya que por su temprana edad no ha alcanzado un dominio de la técnica ni mucho menos de la motricidad fina.
¿Y que pasa con nosotros? ¿Sentimos envidia? ¿Cuando decimos envidia sana es realmente sana?
Parece ser que hay confusión con las palabras que utilizamos para identificar algunas emociones, creo yo, por lo mucho que nos cuesta aceptar que las sentimos ( Hello...sombra aquí y sombra allá..maquíllate, maquíllate, un espejo de cristal, y mírate , y mírate )
A veces, cuando decimos envidia sana queremos decir admiración, anhelo...¿nos quedamos mas tranquilos?
¿Quién se apunta a un striptease emocional?
SI, he sentido alguna vez envidia, de la buena y de la mala. Quiero pensar que pocas veces esa emoción ha activado algún mecanismo que haya podido dañar a alguien..si acaso, a mi misma. Pero recuerdo sobretodo cuando tuve una depresión que todos me parecían mas que yo...incluso las videntes del teletarot que salían en la tele! ustedes me perdonen pero es que en el infierno uno se hace muy chico.
Dicen que a veces la llamamos sana ya que nos avergonzamos de sentirla y no podemos aceptarla en nuestros abanico de emociones. pero, ¿Y si la utilizamos para ver las necesidades que nos está mostrando?
Al leer sobre esto me he acordado de un articulo de una metáfora sobre los espantapájaros. Decía algo así como que si el pájaro superaba el MIEDO que le provocaba la presencia del espantapájaros, el MIEDO se convertía en MEDIO para conseguir su objetivo: saber donde estaban enterradas las semillas.
En el caso de la envidia, si analizamos el hecho que nos ha causado esa emoción, podemos aceptarla y conocer en que área sentimos ese "No tener" : lo material, el éxito profesional, lo físico, el amor...y con ese conocimiento podemos marcarnos objetivos e incluso tomar como referencia e inspiración ( si lo merecen) a dichas personas. Durante un tiempo mi "envidia" a San Francisco y Santa Teresa me motivaron a controlar mis impulsos egoístas y a fomentar mi solidaridad ( bendita envidia!)
Y parece que siempre acabo en el mismo concepto de siempre: AUTOESTIMA. Esa autoestima que, como padres responsables de traer una criatura al mundo, tenemos la obligación de potenciar en nuestros hijos con kilos..que digo, toneladas de amor, cariño, atención, abrazos, besos, tiempo, PRESENCIA PRESENTE.
Y para terminar tengo que reconocer que me han entristecido mucho algunos artículos que hablan de la envidia y de los envidiosos como seres viles. Me imagino a mi leyendo esos artículos cuando estaba deprimida y me hubiera hundido en la miseria. Todos los que en algún momento hemos sentido envidia de la mala, malísima, hemos sido niños inocentes y las circunstancias a veces nos han llevado por el otro camino. No estoy para nada justificando los actos de mala fe que una persona pueda provocar por la envidia; debemos hacernos responsables de nuestros actos. Pero es verdad que si reconocemos en nosotros mismos estas emociones, nos resultará mas fácil perdonar y aceptar los errores de los demás. Creo que la envidia desaparece o se equilibra en cuanto la persona mejora su autoestima.
Dicen que si la envidia tiñera, el mundo estaría lleno de tiñosos.
y quien no esté de acuerdo que tire la primera piedra.
P.D: Es la única foto que he encontrado con el espíritu que quería trasladar a este post, el resto son vía directa a víctima-verdugo.
El artículo del siguiente enlace me ha ayudado en mi striptease emocional.
www.soymanitas.com/iexiste-la-envidia-sana