Hoy me siento más libre, y no precisamente porque lleve casi 24 horas siendo solo yo, Sonia, exenta temporalmente de mis responsabilidades de madre.
Además de disfrutar de mi sesión de cine, de paseo, de escaparates, de tapeo y confidencias a la luz de la luna llena azul, de llorada a moco tendido, de periódico y de limpieza de baños, he tenido la oportunidad de interiorizar un poco más el capítulo dos que se titula AMOR.
Ya he transcrito algunos párrafos en anteriores post y es que el tema se merece que ahonde mas en él. A mi me está sirviendo mucho para descubrir que es posible llegar a superar la tendencia que tenemos los seres humanos al prejuicio a través de la comprensión del otro y de sus circunstancias.
Esto, hoy, me hace sentirme mas libre.
Recuerdo que cuando empecé a tomarme en serio mi crecimiento como persona, este era uno de los hábitos que más me avergonzaba tener. Es que a veces criticamos por criticar! Por más que me esforzaba y lograba avances en otras áreas, esta me llegó a preocupar seriamente.
Gracias a este libro estoy dejando atrás algunas formas de prejuicio y dando cabida en mi interior a una capacidad de amar diferente.
¿ A qué me refiero ?
Pues que me he sorprendido a mi misma entendiendo y no juzgando a otras madres cuando escucho frases como estas:
Uf! Qué ganas tengo de que empiecen el cole.
Casi prefiero irme a trabajar que pasarme el día con los niños.
¿Adaptación en P3? ¿Para qué? Si los niños se adaptan a todo.
A ver...estas madres han sido educadas en el viejo paradigma y es normal que se vean desbordadas al ver convertidos sus días de teóricas vacaciones en un sinfín de gritos, amenazas y castigos (como bien especifica el título del libro). ¿ Cómo no van a desear que empiece el cole? Lo que en realidad desean es dejar de verse ellas mismas como las brujas de turno. Si están en el cole, no tienen que enfrentarse a las múltiples necesidades del niño, a sus rabietas, a la pérdida de control de las infinitas situaciones que se dan con ellos. ¿Podemos juzgar como malas madres a estas mujeres? Yo creo que no. Ellas mismas acarrean sus propias heridas en sus corazones de niñas que fueron criadas en la negación. Es posible que esa madre que no quiere que haya adaptación en P3, no lo vea necesario porque fué criada para sobrevivir, "porque la vida es dura y tenemos que ser fuertes y defendernos". Si dejo el niño en la entrada y me voy, le veré llorar un momento. Si hago la adaptación deberé acompañarle en su vulnerabilidad en la nueva situación, y eso puede despertar viejas heridas enterradas en el subconsciente.
Y ahora mas de uno pensará..si bueno, pero es que hay algunas que realmente son unas holgazanas, pasotas...etc..Ok, pero ¿Qué sabemos de su infancia? Probablemente nada. Una infancia difícil justifica un trato deficiente a un hijo? Pues no se que decir...
¿Qué significa justificar? Está claro que no aplaudo a esa madre, pero intento comprenderla a ella como un ser humano y sus circunstancias.
No le hago un favor criticándola o echándome las manos a la cabeza. San Francisco creyó en la conversión de los ladrones y les dió amor y compasión ¿No será esa una alternativa posible hacia esas actitudes que nos cuesta comprender?
No puedo tirar la primera piedra ni la última. Ya he dicho alguna vez que mi hijo Pablo está pagando mi falta de conciencia en este tema durante 13 años.
Me propongo continuar y buscar la manera, respetuosa, de trasladar mi experiencia a otras madres, no solo a través del blog, también aprovechando las reuniones de las Asociaciones de padres o sencillamente montando en un futuro talleres en mi casa.
Los padres de hoy en día necesitamos ayuda y quizás sea el momento de volver a ser una tribu y cuidarnos todos a todos.
Por lo útil: Precioso.
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