Dice la autora
Aunque vivir con niños nos obliga a madurar e ir mas allá de dedicar nuestra vida a cumplir nuestros propios deseos, necesitamos prestar atención a nuestra propia satisfacción. Al alimentar y apoyar el desarrollo de otro ser humano para que cumpla sus sueños, se alimentan las propias aspiraciones de forma directa e indirecta; pero sus sueños no son los suyos, ni cumplirlos significa cumplir los suyos. Al unirse al viaje de su hijo, su propio crecimiento se ve favorecido de formas impredecibles que irá incorporando a su propio camino.
Acompañar al niño en su camino es verdaderamente un viaje a una tierra desconocida, y es la forma que tiene la naturaleza de hacerle vivir el ahora.
Estos son dos de las muchas y valiosas reflexiones que Naomi Aldort comparte en el capítulo titulado amor. Ya solo por lo que este capítulo nos aporta a los padres para nuestro propio crecimiento personal, merece la pena leerlo. Cada vez queda más claro que el éxito en la aplicación de estas recomendaciones depende directamente de nuestra evolución personal. Si no estamos dispuestos a evolucionar aunque sea a través del dolor, todo esto quedará en un libro mas de crianza que habremos leído.
Estoy en paro pero no paro...
Tengo sueños, proyectos, capacidades ocultas que poco a poco salen a la luz...me voy conociendo y aprendo a escucharme...me cuesta...mucho...
Mientras escribo esto sin un objetivo claro, Magdalena se acaba de acercar a mí y me ha señalado un muñequito que tengo en mi rincón...es un profesor...lo compré hace años en Brasil...no se muy bien por qué, ya que estudié Hostelería y luego he trabajado como Rehabilitadora de personas ciegas.
Probablemente, este sea uno de mis sueños...hacer algo relacionado con la educación...¿qué? ¿cómo? ¿cuándo?...no lo se...pero mi voz interior me dice que primero trabaje en mí, que es el mejor regalo que le puedo hacer a mis hijos y luego todo llegará.
Si no llego a conocerme bien, no sabré si mis proyectos son factibles y lo peor de todo, no creeré en mi lo suficiente para materializarlos.
Me propongo no sentirme menos porque estoy en paro.
Me propongo no machacarme y exigirme estar haciendo algo YA!
Me propongo seguir descubriendo mis habilidades peculiares y que sean mi sustento y el de mis hijos.
Me propongo seguir formándome en lo que me inspira.
Me propongo seguir rogando y con el mazo dando.
Porque estoy en paro...pero no paro.
Y si hago todo esto en realidad estaré contribuyendo a la futura sociedad porque mis hijos (y yo misma) no perderán años perdiéndose de su verdadero ser para volverse a encontrar (con suerte) pasados los treinta (con suerte).
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