El otro día me encontré en una situación en la que podría haber actuado mucho mejor de lo que lo hice. Por eso, tiene sentido contarla.
Supongo que os habrá pasado alguna vez que otro niño trate mal a vuestro hijo, ya sea verbalmente o fisicamente. Mi respuesta espontánea es de protección hacia mi hijo, totalmente visceral. Pero me pregunto cuál es la manera de actuar mas respetuosa con su desarrollo.
Pasábamos unos días en casa de mi hermana en Mallorca y el día que nos íbamos, vino una sobrina de su marido. Ella no nos conocía ni a mi ni a Magdalena, pero la casa sí y quizás ese hecho hizo que, a sus ojos, fuéramos unas okupas.
La cuestión es que la niña llegó con su hermano pero sin sus padres. Desde el primer momento le habló a Magdalena de una manera muy desagradable y mi hija no comprendía porque esa niña no le dejaba tocar nada y la despreciaba de esa manera.
Ya he dicho en un anterior post que mi hija es mandona..pero esta, a mis ojos, en ese preciso momento, le daba mil vueltas. Rapidamente empecé a defender a mi hija poniéndome a su altura (metafóricamente hablando) diciendo cosas del tipo " esta es la casa de mi hermana y Magdalena puede tocar lo que quiera" y otras cosas más.
En el momento que las oía salir de mi boca, sabía que estaba meando fuera del tiesto. La niña tenía unos 5 años y Magdalena 3 y probablemente hubiera tenido que dejar que viviera esa experiencia con mi apoyo en presencia y cariño.
Lo que quería yo era llevarme a mi hija de esa situación pero a la vez me sentía atrapada en un conflicto que era de ellas y que yo, creo que erroneamente, quería controlar para evitar que mi hija se sintiera despreciada.
¿ Qué hubierais hecho vosotros? ¿Qué debemos hacer cuando otro niño agrede al nuestro en nuestra presencia?
Al cabo de un rato corto, pero que se me hizo eterno, se fueron y cuando la niña salió al patio se le tiró el perrito encima y empezó a llorar muy asustada. Fué muy curiosa mi reacción ya que la validación ante su llanto fué inmediata y la consolé sinceramente. Eso nos conectó a otro nivel y en ese instante empecé a mirarla de otra manera y a atar cabos para entender porque esa niña se había comportado de una manera tan hiriente. Llegué a entenderla. ¿Por qué iba a ser cordial si en verdad a sus ojos éramos unas intrusas? Simplemente estaba defendiendo lo que ella consideraba un lugar familiar y propio del que ella es habitual visitante.
Es más, me hizo pensar en que si voy a ser capaz de modificar mi pensamiento y pensar en el liderazgo latente de Magdalena cuando es una mandona, no tengo más remedio que ser consecuente e intentar al menos darle la vuelta a esos pensamientos cuando son otros niños los protagonistas del conflicto.
Todos los niños se merecen nuestra mejor mirada y nuestra comprensión, no solo los propios. Supongo que será difícil, sin duda, pero se hará el intento.
"Una manera que tiene el niño de expresar sus necesidades consiste en realizar peticiones. El bebé recurre al llanto y otras muestras físicas; el niño pequeño comunica sus necesidades con comportamientos y palabras. Responda a las peticiones del niño pequeño dispuesto a interrumpir su actividad. Esté preparado para decir "Sí" y hacer lo que sea para ayudarle en sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades. Los platos sucios pueden esperar;el alma del niño, no; Una llamada telefónica puede posponerse; el amor, no"
"La sensación de ser querido llega al niño al saber que es más importante que las cosas y los horarios. Responder con prontitud a las necesidades del niño no significa que nunca se pueda pedir al niño que espere a que acabemos algo. A medida que se hace mayor, y cuando se siente seguro de su amor por él, poco a poco aprenderá también a adaptarse a sus necesidades. Confíe en el proceso para que salga del niño como algo natural. Deje que el tome la iniciativa para estar seguro de que no actúa para ganarse su amor"
Cuando leí esto me acordé de mi amiga Mónica de Sant Cugat. Casi siempre que hablamos, en algún momento de la conversación dice algo parecido a: "Sonia, si vieras la casa como la tengo". Siempre nos reimos cuando lo comentamos. Mónica, tus hijos te tienen siempre que te necesitan y a la casa, con perdón, que le dén!. Ella es muy intuitiva y desde que es madre ha tenido claro que las necesidades de los niños son lo primero. Mi caso es diferente ya que tengo una lucha interna que hace que esto me resulte muy, muy difícil.
Tuve una madre un poco obsesionada con la limpieza y aunque siempre me dije que nunca sería así, parece que he heredado esta obsesión. Cuando venía a mi casa solía hacerme notar la falta de orden y limpieza. Al final acabé teniendo la costumbre de limpiar a fondo cuando sabía que iba a venir a verme y en la actualidad ya no necesito que venga ( por desgracia, ya no puede), hay una vocecita dentro de mi que me indica uno a uno todos los puntos de la casa que necesitan ser limpiados, ordenados, organizados...
Hablando con amigas he sabido que la mayoría de las madres de esa generación eran muy aplicadas en su limpieza, probablemente porque una casa limpia era símbolo de ser una buena ama de casa y se vivía muy de cara a la galería. Siempre parece que volvemos a lo mismo: búsqueda de aprobación y reconocimiento en los demás porque no se ha podido aprender a hacer las cosas por voluntad propia.
Cuando me di cuenta de esto y de lo limitante que era para mi, me obligué a fulminar a esa vocecita en cuanto aparecía con otra mas bondadosa que me decía "Sonia, puede esperar" "lo haces muy bien" "Esto no es prioritario ahora" "¿A quién le importan tus cristales sucios?" "¿A quién haces daño si tu ropa no está planchada" " no te auto-esclavices" etcétera, etcétera
Ahora limpio por voluntad propia, no para que si alguien entra, vea la casa limpia. Además, todas las cristaleras de mi casa son una auténtica obra de arte..Cómo no? cientos de huellas de manos y pies de niños jugando libremente.
Una servidora, el día de hoy se queda con la frase: "Los platos sucios pueden esperar, el alma del niño, No"
"Esperar que el niño se desarrolle siguiendo un ritmo establecido por usted contradice la idea de quererle por lo que es, porque su valía se mide según su estandares y calendario"
"Dejar atrás su visión del comportamiento o los logros del niño puede resultar difícil. Cuando el bebé nace, automaticamente imaginamos que será un niño "fácil" y "bueno" que crecerá a semejanza de nuestra imagen de bondad y éxito.
Parece ser que generamos expectativas sobre cómo queremos que sean nuestros hijos aunque nos propongamos no hacerlo. Hay una característica de la personalidad de Magdalena que me cuesta aceptar. Es muy mandona y a veces grita mucho cuando juega con sus amigos si no hacen lo que ella dice.
A raíz de leer cómo la autora ayudó a re-orientar sus creencias a una madre que tenía el mismo problema con su hija, he empezado a considerar que ese rasgo de su personalidad, lejos de ser algo que cambiar, pueda ser una faceta a valorar.
Mientras yo mantenga la expectativa de que no sea mandona, no la estaré aceptando tal como es y lo mas probable es que eso influya en como ella percibe mi amor.
La reflexión que propone es mas o menos así: No me es útil el pensamiento de que no debería ser mandona, ya que no me permite admirar su liderazgo. En mi opinión esta afirmación tiene sus matices porque un líder no grita ( o no debiera hacerlo) pero sí es cierto que es muy habitual escucharla decir "tengo un plan" y muchas veces logra que niños mas mayores que ella la escuchen y pongan en marcha sus ideas.
Quizás no tenga que ser yo, su madre, quien la juzgue y coarte en su exhuberante modo de afirmarse ¿Y si tengo que dejar que ella misma juzgue las consecuencias de tener este comportamiento al vivir las quejas y deserciones de sus amigos?. Si confío en su proceso de aprendizaje es posible que pueda ser testigo de que ella misma modere ese comportamiento por voluntad propia.
Me propongo estar atenta a mis intervenciones e intentar dejar que fluyan las situaciones que surjan.
Hay un cuento que puede servir mucho para hacerles pensar sobre este tema: Marta y el dragón rabión. Llevo casi un mes leyéndoselo casi cada noche y no se cansa. En el video que colgué de la escuela de las Alpujarras, una de las educadoras explicaba porque ellos cuentan el mismo cuento durante varias semanas. Parece que el hecho de escucharlo muchas veces les permite ir identificándose cada vez con los distintos personajes del cuento y que este hecho es muy positivo para su desarrollo. Esto lo vine a saber cuando ya llevaba tiempo con este cuento y me dió ánimos renovados para seguir contando noche tras noche la misma historia.
" Esta lucha por el amor se convierte en una carrera sin fin para agradar o cubrir las expectativas de los demás, una carrera que nunca satisface a la persona porque se siente poco valorada en todo momento excepto cuando demuestra que tiene razón o cuando complace a alguien. Esta es la esencia de la baja autoestima. Nos sentimos inseguros cuando tememos que nuestro comportamiento puede no proporcionarnos la aceptación que tanto anhelamos. Un intenso deseo de estar a la altura es el resultado de vernos inferiores y sentirnos queridos sólo cuando lo conseguimos. No es que nuestros padres no nos quisieran, pero en muchos casos, la libertad de expresar amor incondicional se veía dificultada por normas culturales y por el dolor no resuelto de su propia educación. Muchos de ellos nunca experimentaron amor incondicional ni siquiera aunque sus padres les quisieran plenamente. Al enfrentarse a sus propios hijos, estos padres pueden darse cuenta con dolor de que no son capaces de dar lo que ellos no tuvieron"
Leyendo esto, no me quedan muchas palabras que decir. Pertenece al capítulo 2, titulado : El Amor.
Llevo una vida buscando el reconocimiento de mi padre y hace cuatro meses que me dije basta.
Y esta mañana leo esto. Me ayuda, claro.
Hoy me dedicaré a ver a mi padre como el niño que fue. Seguro que él tampoco obtuvo reconocimiento de sus padres y así la pescadilla que se muerde la cola ( vaya rollo eh?)
Esta mañana Magdalena me ha demostrado que siempre ( o casi siempre ) hay una explicación para las rabietas o cambios de humor. En el pasado no me molestaba en averiguar la razón, solo me dedicaba a hacer lo posible por detener rápidamente las expresiones que la hacían aparecer a mis ojos como una pequeña tirana.
Como ya dije una vez, el nivel de compromiso que he adquirido con ella a raíz de empezar a leer este libro, no me permite ya ninguna de esas actitudes. Y además, aunque aparentemente son mas cómodas y dan menos trabajo, os aseguro que acababa con los nervios destrozados y con la seria duda de estar haciéndolo bien.
Esta mañana ha bajado a jugar al jardín de la comunidad con dos niños mas mayores que ella. Como he visto que la incluían en sus juegos, he aprovechado para sentarme apartada y hacer unas llamadas. En un momento dado he visto que los niños se iban y Magdalena les seguía tan rápido como podía. La he seguido y resulta que nos hemos encontrado la puerta cerrada y el portero automático no funcionaba.
Nada grave, está claro.
He dado la vuelta para avisar por la terraza de que nos abrieran pero ha empezado a ponerse muy nerviosa, a quejarse, llorar..en aquel momento mis pensamientos automáticos han sido " y ahora que le pasa? que no es para tanto porque tengamos que esperar un momento" "menuda impaciencia, pues no le queda nada por aprender!"
No he verbalizado nada, pero para ser sincera, no se si porque he controlado los pensamientos automáticos o porque estaba mas concentrada en conseguir que nos abrieran ( ahora la impaciente quién era? ehem ).
Nos han abierto y una vez en el apartamento ha aumentado la intensidad del llanto, de su volumen y ha incluido pataleta en el espectáculo. Estaba Catalina, la compañera de mi padre, y la verdad, me daba apuro no saber que contestarle cuando me ha preguntado porque lloraba.
Al aumentar la intensidad he descartado que fuera por impaciencia o por el calor. Así que acariciándole la espalda he empezado a visualizar mentalmente todo lo que había sucedido antes de encontrar la puerta cerrada. He recordado que había jugado con los niños y le he preguntado ( acordándome de no afirmar porque no funciona..ya lo he comprobado)
Mamá: ¿Estás enfadada?
Magdalena: No (llorando con la cabeza en mis rodillas meciéndose después de haber hecho amagos de golpearse con ellas.
Mamá: ¿Estás enfadada conmigo? ¿He hecho algo que te moleste?
Magdalena: No
Mamá: ¿Estás enfadada con esos niños?
Magdalena : Si ( y se ha empezado a calmar..)
Mamá: ¿Me quieres contar por qué?
Magdalena: Porque no me hacían caso ( ya no lloraba, estaba solo triste)
Mamá: he callado y la he abrazado.
Magdalena: Quiero agua
Ha bebido ( como siempre que sale de un estado así) y ha continuado la mañana de buen humor.
Los niños probablemente se hartaron (como es normal) de adaptarse a Magdalena y se habían escapado a su casa. Para Magdalena, encontrarse con la puerta cerrada tenía un significado que la hizo tener un estallido de emociones que seguramente la superaron a ella y a mi. Finalmente, al poderlo expresar sin recibir de mi parte una evaluación de lo ocurrido, pudo superarlo.
Me imagino lo incomprendida que se hubiera podido sentir si hubiera optado por lo que es mas habitual, negar su expresión e intentar detenerla.
Dice la autora
"..cuando los sentimientos del niños se niegan, suelen verse incapaces de resolver sus propios problemas. Se enfadan porque se perciben como víctimas"
"Una vez se han expresado los sentimientos, el niño recupera su libertad y concentración y, o bien se desprende de la necesidad que tenía, o bien encuentra soluciones"
Que bueno es el niño que da un beso a todos obedientemente, sonríe, se sienta, calla cuando los mayores hablan y no te digo si vas al restaurante, se queda en su silla y come todo..Ay, que bueno es este niño..en realidad significa, que poca lata da!
Pues oye..me ha encantado encontrar una recomendación en el libro que ya había puesto en práctica antes de leerla. Nunca obligo a Magdalena a dar besos, es decir, si le piden un beso y ella se niega yo lo respeto y le sonrío (independientemente de la cara del otro). He visto muchas veces y experimentado de pequeña amonestaciones en palabras, caras amenazantes de los padres con muecas terroríficas que lo dicen todo. Todas estas acciones crean culpabilidad en el niño y a lo peor, asco por el contacto físico.
Recuerdo que de pequeña cuando nos reuníamos con la familia de mi madre, siempre pensaba en el coche lo que me esperaba. 7 hermanos con sus correspondientes parejas, eso da..14 besos. Ah! la ronda tenía que hacerla cuando llegábamos y al marcharnos. A mi no me gustaba nada pero lo hacía para obtener aprobación y para evitar una reprimenda..pero ganas, lo que se dice ganas, creo que no.
También recuerdo cuando Magdalena era un bebé y algunas personas se permitían cogerla sin pedir permiso y a pesar de que se ponía a llorar ante el salvaje acto, no se les ocurría otra cosa que, o bien reír o bien decir que había que ver, que niña mas enmadrada. En aquella época yo era mucho mas radical, supongo que era una fase de protección y mi nivel de tolerancia era muy bajo.
Ahora que Magdalena tiene tres años, lo tengo mucho mas fácil. Ella defiende su cuerpo y su espacio muy bien y a mi me encanta.
Ayer llegó la pareja de mi padre al apartamento. No la conozco mucho pero me da buen rollo. Mi madre falleció ahora hace un año y pocos meses después el destino les hizo reencontrarse ya que habían sido novios a los 16 años. Como soy una romántica empedernida y, como ya he dicho, no creo en la muerte, recibí la noticia con mucha alegría.
Esta señora que pertenece a la generación de mi padre, es decir, sesenta y tantos, ayer definitivamente se ganó mi corazón. No solo le pidió un beso con mucho respeto sino que cuando Magdalena dijo que no, la comprendió y además se lo hizo saber. Ole y ole!
En lo personal no me gusta mucho dar besos a diestro y siniestro. No creo que sea por mi experiencia de infancia. No me gusta porque lo hago por inercia. En realidad, me atrevería a decir que solo el 10 por ciento de los besos que doy son sentidos y deseados. No se, me gustaría llegar a un nivel de honestidad en mi vida que me permitiera solo dar los besos sentidos, las gracias sentidas, los buen provecho sentidos, los por favores sentidos.
Por el momento, permitiré a mis hijos besar a quien quieran y cuando quieran.
"No regamos una flor si se abre ; la
regamos para que se abra"
"Querer a un niño no garantiza que él se sienta querido.
Cuando el niño no es consciente del amor que se le tiene, puede sentirse
inseguro, incapaz de expresarse o indefenso. Puede también recurrir a
comportamientos destructivos o ser obediente y suprimir su auténtica
personalidad para conseguir la aprobación de los padres. Las razones para no
sentirse conectado con nosotros pueden ser que no expresamos nuestro amor de
forma que el niño lo perciba, que se sienta menos valorado que un hermano o que
se le dé amor condicional"
Como bien decía mi hermana ayer: "este libro da mucho de
si..." y tiene toda la razón. Es inevitable, cada vez que leo algún
concepto nuevo en el libro mi mente viaja al pasado, a mi infancia, a la educación
recibida, al amor recibido..y ahora digo: Al amor percibido. Empezar a leer
este capítulo justo la semana que estoy
pasando con mi familia no es para nada casualidad. Los interrogantes que
quedaban por aclarar están aquí para ser iluminados.
Ahora entiendo la incomprensión y frustración de mis padres cuando
les reclamaba el amor no recibido...simplemente, no lo había percibido como
tal. Esto para mi es muy potente. Significa abrazar la "muerte
simbólica" de la niña que se ha sentido víctima. Bon voyage mon petit!
Por mucho que durante años haya ido a darle un beso de buenas
noches a mi hijo y le haya dicho te quiero, no ha significado que él se ha sentido
querido, de hecho, prueba de ello es que frecuentemente me pregunta: Mamá ¿Me
quieres? hombre claro!! le digo yo. Ahora ya se que hasta ahora no ha sido
consciente de ese amor. Está en mi mano el cambiar mi forma de expresarlo a
partir de ahora.
Esperad..ahora entra doña culpabilidad por la puerta, ea!! ya la
tenemos aquí...y ahora le digo: No, hoy no eres bienvenida, que te vaya
bonito..puerta!
Necesito hablar del amor y de mi forma de sentir el amor.
Parto de que todos tenemos formas y capacidades de sentir diferentes. A lo
largo de los últimos 7 años en que he intentado conocerme he llegado a una
conclusión clara: Yo intelectualizo las emociones. Primero lo descubrí a
través de la numerología y años mas tarde de la mano del Eneagrama que ha
vuelto a darme mas pistas de mi personalidad. Soy tan racional que tengo un
particular problema en sentir amor, así de claro. Y mas me vale aceptarlo.
Quizás por esta razón cuando decido escribir en la puerta de mi
nevera: "Yo soy amor, paz, alegría", para recordármelo cada día y
ofrecerle ese sentimiento al universo, me cuesta tanto sentirlo. Espero que el
universo se haga cargo de esta limitación mía y me lo acepte igualmente.
Hablo en serio, mis vivencias, por subjetivas y basadas en falsas
creencias que sean, han modelado y condicionado mi personalidad.
Una vez acepto esta limitación mía que tantos problemas me ha
supuesto en cuanto a relaciones de pareja, quizás me puede plantear
experimentar el amor incondicional a través de los ojos de mis hijos. Me
propongo dar lo mejor de mi para que puedan experimentar el amor, darlo,
dárselo ( a sí mismos ), recibirlo, sentirlo.
Los regaré para que se abran, NO si se
abren.
Yo soy un ser pensante y como se le puede dar la vuelta a todo y
verle el lado positivo, no debo olvidar que esa “limitación” me ha permitido
superar rápidamente situaciones difíciles. Así que..abrazo esta sombra.
Más o menos como esta niña me sentía yo ayer en mi viaje de vuelta a mi tierra, Mallorca. me sentía ligera de expectativas, necesidades y viejos rencores.
Volar en avión con niños puede ser una fuente de estrés importante, así que me preparé para anotar mentalmente todos los ejemplos que surgieran para poderlos escribir en el blog. Como soy una aficionada (por necesidad) a las listas, os detallo a continuación lo que, según mi experiencia, son requisitos necesarios para reducir las posibilidades de conflicto:
Validar Impaciencia y fastidio a tope: fueron muchas las ocasiones en que Magdalena mostró su impaciencia por llegar al aeropuerto, al avión, para despegar, para aterrizar..pero en mi opinión se merecía un gasto de energía extra ya que es una situación nueva y extraña para ella y la verdad..a quién no le da fastidio pasarse unas horas en un aeropuerto de cola en cola?
Contestar generosa y honestamente todo tipo de preguntas
Aparcar los pensamientos propios y eventuales preocupaciones, es decir, estar lo mas presente posible.
Anticiparte previamente a las posibles necesidades que puedan ir apareciendo: comida, bebida, cuentos, pinturas, plastilina. Si, la bolsa pesa un poco mas e incluso puede acabar algo derramado dentro, pero el tener a mano todo cual inspector Gadget, te ahorra muchos dolores de cabeza.
Rezar al santo de turno para que el avión salga puntual.
Estar dispuesto a gastar algunos euritos en algún caprichito no excesivamente caro..Por qué no? no suelo ser mas papista que el papa así que unos sellitos en el Imaginarium la ponen de un humor fantástico y no creo que la esté induciendo al materialismo.
He comprobado en este viaje que dar atención estando presente es mucho menos cansado que dar atención cuando el niño lo convierte en un reclamo… y sabemos que las variantes de reclamar atención de un niño pueden ser muy irritantes. Pues bien, cuan do llegamos al avión no me sentía tan cansada como cuando antes llegábamos a esta fase, eso sí, escucharla y mirarla me estaba dando una tortícolis importante....pero de repente, llegó el regalo; Se quedó ensimismada en su pensamientos una cantidad de tiempo anormal en ella.
La conclusión que saco de esta situación es la siguiente:
Al sentirse atendida y cuidada, y saber que no tenía que luchar por ello, le dio la tranquilidad para estar un rato desapegada de mi..no porque la hubiera reñido y estuviera entristecida.
Esos 10 minutos de gloria me permitieron ahondar en esos pensamientos que había conscientemente aparcado. Estaba volando a Mallorca e iba a cumplir un año del fallecimiento de mi madre. No me sumergí en la melancolía porque personalmente no creo en la muerte y se que algún día me reencontraré con ella en otro plano. Pero no es esto sobre lo que reflexioné sino en la cantidad de muertes simbólicas que había vivido en el último año. Cada una de ellas con su correspondiente nacimiento. Y esta es la lista:
Muerte de mi madre y nacimiento de una relación mas íntima y cercana con mi padre.
“Muerte” de una trayectoria profesional de 5 años trabajando en la discapacidad visual y nacimiento (o mas bien, renacimiento) de unas inquietudes al disponer del tiempo necesario para poder profundizar en ellas.
“Muerte” de una etapa de mi vida en Barcelona y nacimiento de una nueva etapa en Sevilla.
“Muerte” de una etapa de vida en pareja en su formato clásico y nacimiento de una relación de camaradería y apoyo mutuo en la aventura por separado de completarse como personas libres y autónomas con la convicción de que, todo ese trabajo interior repercutirá en la felicidad de nuestra hija. Sin esa “separación” por llamarlo de alguna manera que se entienda, no hubiera sido posible esta unión actual.
Y la que este blog acoge día a día
“Muerte” de una forma de educar y nacimiento de otra diferente con su principal consecuencia : La creación de un vínculo con mis hijos basado en el amor incondicional, el respeto, la confianza, la responsabilidad, la aceptación y la libertad.
Nunca un viaje en avión había sido tan fructífero.
¿Por qué será que nos es tan fácil, por ejemplo, animar a nuestro hijo a escuchar el trigo y nos cuesta tanto enseñarle a que se escuche a sí mismo?
Quizás en el fondo nos da miedo arriesgarnos a descubrir en nuestro hijo a nuestro mejor maestro. No a un nivel consciente, por supuesto. Pero me da que algo de eso hay.
Pensamos que la figura del padre es la del guía, el poseedor de la verdad..el clásico " hazme caso, es por tu bien".
Desde que hace unos años leí lo que dice sobre los hijos Khalil Gibran en su mas que recomendable libro "El profeta", este concepto se me vino abajo estrepitosamente.
Y no fué después de un largo razonamiento y su posterior rasgamiento de vestiduras, en mi caso, fué un alivio saber que alguien había escrito lo que mi alma intuía y lo que había desembocado en un gran e injusta rebeldía hacia unos padres que finalmente, lo hicieron lo mejor que supieron.
Solo unos versos para abrir boca y que cada uno sacie su curiosidad, si se da el caso.
Sobre los hijos:
"...Vienen a través de vosotros, pero no vienen de vosotros. Y pese a que están con vosotros, no os pertenecen. Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos..."
Si hoy estas ideas son revolucionarias, imaginaros en el 1923 cuando esta obra fué publicada.
Vamos lentos pero creo que ha llegado el momento de ponernos las pilas, sobretodo porque los niños que estamos criando son diferentes y no aceptan pulpo como animal de compañía.
Si aprendemos a aceptar sus expresiones cuando se escuchan a sí mismos, quizás estaremos haciendo posible que en un futuro descubran cuál es su misión en la vida y encaminarlos a desarrollar su proyecto personal, según sus habilidades peculiares y pasiones verdaderas. Para cuando estos niños lleguen a la edad adulta y se desenvuelvan en el mundo profesional "ejecutando" su pasión, es casi seguro que no nos encontraremos lo que hoy en día estamos viviendo: Seres humanos desubicados, o sea, lejos del que debiera ser su sitio en realidad. Personas inevitablemente infelices.
No me extrañaría que alguno de esos políticos que tanto criticamos, incluso el mas chorizo de todos, fuera un niño con otras habilidades que sus padres no supieron ( no porque no quisieron) descubrir, fomentar, dejar volar, aceptar..en definitiva, no supieron animarle a escucharse a si mismo.
Dice la autora "Al detener la expresión del niño, seguimos encallados en nuestras viejas heridas y no le comprendemos" " darse cuenta de que el niño está expresando una necesidad puede servir para modificar nuestro propósito de modo que ya no sea detener la expresión del niño sino responder a sus necesidades" "lo que impide querer y comprender al niño es nuestro diálogo interior sobre el miedo a perder el control, a que el niño no se desarrolle correctamente"
Si hoy tenemos toda esta información y por todos lados nos está llegando, a través de libros, documentales, conferencias, radio ( me han dicho que ayer habló Sampedro), televisión (Punset)...no podemos mirar a otro lado porque, sencillamente, es una propuesta difícil y nos hemos acomodado.
Y acabo con Gibran de nuevo
"Podéis esforzaros por ser como ellos, pero no busquéis hacerlos como vosotros"
Hablando en plata: el dialogo interior que se activa cuando el niño se expresa de una manera que nos altera es el malo de la película. O lo que es lo mismo, los pensamientos automáticos que ya referí en un anterior post.
Interpretamos sus reacciones y rápidamente las catalogamos de malas o buenas cuando como dice la autora:
" son simplemente expresiones de sus necesidades emocionales o físicas o bien juego inocente".
"Cuando las necesidades son emocionales o cuando se expresa de forma que choca con nuestras preferencias, es posible que experimentemos reacciones que pueden ir de la confusión y la rabia a la impotencia y el desespero".
¿Cómo podemos controlar estas reacciones automáticas?
Yo os puedo decir un poco como lo voy logrando poco a poco en mi día a día. Sobretodo os digo que ha sido un poco como cuando vas al gimnasio que te cuesta mucho trabajo al principio y a la que empiezas a notarte las carnes mas prietitas, pues ya te da menos pereza no?...Pues mas o menos igual ; a la tercera o cuarta vez que logré no verbalizar lo que me venía a la mente y viví esa conexión con mi hija al sentirse comprendida y no juzgada, no tuve duda que este difícil camino me tenía reservados regalos enormes. Y a partir de ahí, como estás tan convencido de lo que haces, cada vez es menos complicado.
Por otro lado, me gustaría compartir una reflexión que tiene que ver con esta manera de actuar ante una rabieta o simplemente una reacción emocional fuerte de nuestros hijos. Hace unos años, para ser exacta tres y medio, mientras estaba embarazada de Magdalena, hice unas prácticas en una escuelita libre del barrio de Poble Nou en Barcelona. Ya entonces, el tema de la pedagogía me llamaba la atención y decidí experimentarlo de cerca. Era principio de curso y las educadoras no tuvieron tiempo de explicarnos a las voluntarias su "método pedagógico", por llamarlo de alguna manera. En aquella epoca no había leído a Rebecca Wild y para mi era todo nuevo. Así que me tuve que guiar por cómo veía que ellas actuaban cuando ocurría un conflicto, cuando un niño no se quería relacionar, etc. Al no entender el porque actuaban así y al tener que yo misma repetirlo como podía, sin el mas mínimo convencimiento, pues no tardé en desmotivarme y abandonar la experiencia. Al despedirme les expuse mis razones y lo entendieron perfectamente..las circunstancias no habían acompañado mi propia adaptación al proyecto.
Por qué cuento esto? Pues porque yo interiormente pensaba que las percibía poco naturales al reaccionar y al hablarles a los niños. Ahora lo veo todo desde otro ángulo y se que esa falta de naturalidad que yo veía desde mi ignorancia, no era mas que el haber quizás vencido a ese diálogo interno alimentado de todas esas frases que nos dijeron de pequeños y de una cantidad ingente de miedos, expectativas y juicios.
Esa educadora o más bien ,acompañante del niño, lucha también contra sus pensamientos automáticos y logra hablar al corazón del niño desde su propio corazón..y como esta forma de relacionarnos, debido a nuestra propia educación, nos es un poco ajena, puede verse como poco natural o impostada. Y de ninguna manera es así. Me quito el sombrero ante todos esos educadores que podemos ver en el documental " la educación prohibida" , personas que generosamente hacen este trabajo interior para poder ofrecer a los niños su amor.
Así que preparémonos para ser prejuzgados y comprendamos lo que les llevará a no comprender nuestra forma de actuar..así solo tendremos que enfocar nuestra energía en atender adecuadamente al niño y podremos dejar pasar los comentarios gratuitos.
Esto es difícil pero posible ( yo todavía no lo he logrado)
"Con la práctica, poco a poco aprenderá a detener la voz a media frase y cambiar de dirección. Cuando esto ocurra, puede reconocer su error, "rebobinar" y volver a empezar" "Todos hemos crecido en una cultura en que la negación es automática y que nos ha enseñado a identificarnos con las palabras automáticas que genera nuestra mente"
Hace unas semanas ocurrió una escena que puede servir de ejemplo.
Es habitual que a partir de las 8 de la tarde, los niños de la calle se empiecen a juntar para jugar y aunque se empieza en la calle, es inevitable que acaben entrando en alguna de las casas. A mi personalmente me encantan que vengan a la mía. Como me gusta todo lo relacionado con la educación aprovecho esas ocasiones para observarles. Normalmente se quedan en la sala, rebuscando entre los juguetes, pintan con temperas o modelan plastilina...pero ese día, seguramente por el hecho de llevar todo el día encerrados ya que las temperaturas rondaban los 40...parece que necesitaban liberar energía.
Yo estaba en la cocina en el ordenador y de repente vi con el rabillo del ojo que había objetos voladores en mi salón. En un primer momento me fastidió porque me apetecía mucho mirar una cosa y esos ratos en que Magdalena se relacionaba feliz con los niños, a mi me daban un respiro. En realidad son todos niños muy tranquilos y es rara la ocasión en que me tenga que poner la gorra de policía.
En segundo lugar apareció otro pensamiento automático relacionado con el desorden que una actividad de ese tipo iba a suponer..e incluso, hasta cabía la posibilidad de que se acabara rompiendo algún objeto.
Me levanté enfadada dispuesta a Negar la posibilidad de jugar a ese juego. Avancé un poco con el clásico "A ver niños! ¿Qué es este desorden? Por suerte, una bombillita se me encendió y me preparé para ver la situación desde otra perspectiva. Los niños me miraban expectantes, seguros de que les iba a fastidiar el juego. Se habían quitado las camisetas y estaban tan felices... estaban con aquella risa tonta que nos daba de niños (bendita risa). Me acordé de que podía usar los límites para que pudieran seguir disfrutando pero sin que nadie corriera peligro. El límite era claro: SOLO SE TIRAN COJINES.
Y en realidad..Que importaban 5 cojines desparramados por el suelo? siendo honesta..QUE MAS DA?
Y otra confirmación de los perjudiciales pensamientos automáticos herencia de nuestras infancias. Yo pensé en la posibilidad de que se rompiera algo cuando precisamente he diseñado el espacio del salón precisamente con la idea de que nada se pueda romper. Pensamientos automáticos..según mi opinión este es el kit.
La intención de los niños no era fastidiarme o desordenarme el salón..su único deseo y diría necesidad, era la de divertirse y quemar energías.
Cuando rebobiné y les informé del límite me sentía bien conmigo misma y ellos, ni os digo!
Volví a mi espacio y ellos me pidieron si me parecía bien que cerraran la puerta de la cocina para evitar que me diera a mi un cojín sin querer. Les dije que si y volví a mi ratito de descanso. Recordé entonces que una psicóloga me había recomendado una vez hacer una guerra de cojines con mi hijo Pablo cuando estuvimos trabajando nuestra dificultad para conectarnos emocional y físicamente. Dijo que era muy terapéutico y que ese contacto físico a través de este juego, podía ser muy sanador.
No lo hice pero me prometo hacerlo cuando venga a visitarme en Septiembre. Será la oportunidad para validar a un adolescente acostumbrado a mi negación constante. A ver que pasa!
No se si os pasa, pero a mi me cuesta mucho reclamar tiempo para mi. Me pregunto por qué? creo que cuando optamos por una crianza basada en el apego, nos cuesta permitirnos pensar "Oye, no puedo mas, necesito tiempo para mi sola"..y ya no os digo, ponerlo en práctica.
Educar estando presente chupa MUCHA energía, ahora bien, te vas a dormir con la conciencia mas tranquila que antes, yo por lo menos. Validar implica estar presente y esto a mi me ha costado mucho trabajo siempre.
Poco a poco voy conociéndome y se cuando el vaso está a punto de rebosar. Me pongo mas irritable, tengo menos paciencia, en definitiva, me convierto en lo contrario de lo que promuevo. El tic tac cada vez suena mas alto...y antes de que la bomba explote, he aprendido a obligarme a pedir el día libre.
Ayer Magdalena se fue con su papá a dormir a Ecija a casa de la abuela; Normalmente con una tarde ya es suficiente, pero las circunstancias me han hecho este estupendo regalo de 24 horas non stop.
En poco menos de 24 horas he:
Holgazaneado
Escuchado una radio francesa imaginándome en un rincón de la provenza horneando una tarta tatin
Ido al cine (La delicadeza)
Superado un miedo (Ir en coche a Sevilla)
Unos vinitos, unas risas y unas confesiones con una amiga en su cumpleaños
Pasado el barrefondo de la piscina
Sentado en un escalón a comer un polo
Paseado a la vera del río Guadalquivir
Hablado con una desconocida
Duchado lentamente sin remordimientos de conciencia
Se me ha alegrado el alma de ir a visitar a una amiga
He cantado a Pastora a tope en el coche
y me ha raptado la felicidad cuando he olido la ropa tendida de una vecina del pueblo.
He disfrutado a tope cada uno de estos momentos y me atrevo a decir sin vergüenza que casi no pensé en Magdalena: me sentía liberada. Es mas, cada vez que me tomo mi tiempo, cuando volvemos a vernos siento que no solo yo he salido beneficiada...esa distancia es casi terapéutica para la relación.
Hoy siento que he cargado las pilas y estoy dispuesta a comerme el mundo. Si no hubiera pedido este kit kat, hoy estaríamos todos pagando mi incapacidad para pedir ( y si hace falta exigir) mi tiempo libre.
Hoy un hombre entró en la farmacia y pidió un test de embarazo. No lo dijo bajito como hacen los hombres cuando los mandamos a por tampax. Lo dijo alto y claro, lo dijo feliz. Todos los presentes sonreímos y probablemente recordamos momentos dulces de nuestras vidas relacionados con nuestro nacimiento o el de nuestros hijos. Una energía de buen rollo se instaló en nuestros corazones.
Recordé que tal día como hoy nació el padre de Magdalena, al cual desde aquí felicito.
También recordé que hace poco una mujer me dijo que había tomado la decisión de no ser madre ya que lo consideraba una responsabilidad enorme y que tal y como estaba el mundo, era para pensárselo.
Y aunque suene a tópico porque todos lo hemos dicho alguna vez, ahora pienso que quizás cuando lo decimos, nos referimos mas a la responsabilidad económica (facturas del cole, medicinas, pañales..) o a la responsabilidad de tener que atender sus demandas cuando nos hemos instalado en la comodidad de dormir toda la noche e ir y venir cuando nos da la gana.
Quizás sean pocos lo que se plantean, antes incluso de concebir, si están dispuestos a asumir la responsabilidad de criar niños felices, que puedan ser ellos mismos puesto que serán aceptados en primer lugar por los que responsablemente, les han traído al mundo.
Conozco poco a esa mujer, somos compañeras de yoga, pero tengo la sensación de que ella si se ha planteado la responsabilidad de criar a un niño feliz. Creo que es probable que se haya hecho preguntas importantes y profundas. Quizás desea profundizar en ella misma, quererse mas y no plantearse tener un hijo para llenar un vacío que solo ella misma y su amor propio pueden llenar. Celebro su decisión y la admiro.
Yo concebí a a mi primer hijo de una manera totalmente irresponsable, ni siquiera me planteé la responsabilidad económica, estaba enamorada y tocaba. Apliqué el método Estivill y toda una lista de acciones que estaban muy lejos de ser una crianza responsable, con corazón. Yo no era mala persona, yo amo a mi hijo, no cabe duda..pero en ningún momento me planteaba su felicidad a largo plazo. De eso hace 14 años y estoy viviendo las consecuencias de una crianza desapegada. Principalmente las está viviendo él al no encontrar su lugar en el mundo y tener una auto-estima muy mermada a pesar de ser un ser perfecto.
Son muchas las situaciones en la vida diaria en las que los niños se ponen nerviosos debido a la impaciencia. Puede ser impaciencia porque quieren llegar a un lugar divertido y se les hace eterna la espera o bien porque no nos queda mas remedio que llevarlos a lugares no preparados para ellos en los que, o bien por necesidad o bien por placer, tienen que acompañarnos.
Por ejemplo, trayectos de coche...Magdalena los lleva bastante mal, se impacienta y suele estar preguntando cuándo vamos a llegar y quejándose a menudo. En el pasado, la solía tranquilizar con un "Ahora llegamos, tranquila". "No falta mucho, ya verás que se te pasará rápido", para pasar finalmente a los "Magdalena, hija! llegaremos cuando lleguemos, que no te pasa nada por ir en coche, sentadita en tu sillita, la mar de bien" "Mira por la ventana y entretente mirando las cositas, no seas pesada, hombre! ".
El otro día empecé a responderle de otra manera, y esta vez, pasado ya un tiempo de rodaje con este modelo de educación, lo que me guió a hacerlo fue una especie de mecanismo interno que me permite tener una empatía con su estado y su motivación para quejarse. Es decir, se ha creado como una especie de compromiso interno de mi hacia ella que me facilita no reaccionar como lo hacía antes ( Pensando primero en mi y en lo que me fastidiaba su queja ).
Simplemente le dije que la entendía, que a mi también se me hacía a veces pesado ir en coche pero que si queríamos conocer nuevos sitios, pues no nos quedaba mas remedio que ir en coche porque andando era muy pesado y todavía no se habían inventado las alas para los coches. Se de muchos que se reirían al escucharme y piensan que los niños tienen que acostumbrarse y punto! y que tanta palabrería es una estupidez. Yo os digo que se sintió comprendida y a la vez, el hecho de que yo le confesara que a mi también se me hacía pesado a veces ( porque es cierto), la hizo sentirse parte de un equipo que comparte una carga y eso la hace mas ligera. La cuestión es que se quedó tranquila y en paz. Esto no quiere decir que no volviera a mencionar y demostrar que tenía ganas de llegar, Si, lo hizo..pero no con incremento del malestar como solía ser antes.
También pasó algo similar cuando esperábamos en la puerta del teatro. Habíamos comprado las entradas pero hasta 5 minutos antes de empezar la obra, no iban a abrir las puertas. Se fue acumulando la gente y los niños estaban excitados por entrar ( como es lógico). Magdalena se impacientó y empezó a quejarse. En el pasado le hubiera respondido con un " Magdalena, hay que esperar..¿no ves que todos esperan?" , " Que impaciente eres hija, ahora abren!" , "Venga, ya falta nada hombre!" ...todas ellas respuestas automáticas que tenemos y diría yo que tampoco eran del todo incorrectas.
Pero le dije: "Entiendo que tengas ganas de entrar, es un poco rollo estar aquí esperando en la puerta viendo el escenario al otro lado de la puerta, creo que todos nos sentimos igual, esperemos que abran pronto" y se quedó tranquila observando la situación y dándose cuenta de que todos los niños estaban excitados e impacientes.
VALIDANDO DOLOR: SI funciona
Ya puse un ejemplo de validar cuando se hacen pupa pero añado aquí dos mas para mostrar que efectivamente, validarles en sus penas, les ayuda mucho a superar esos trances.
Un ejemplo es cuando le fuimos a poner la vacuna de los tres años y le dije: "Ahora te van a hacer un PIM como las otras veces que lo han hecho..duele un poco y si necesitas llorar puedes hacerlo, a veces llorar alivia" ...nada de los clásicos "Se fuerte campeona" "las niñas fuertes no lloran"...ni premiar el no llorar con un "bravo, no has llorado, que campeona"..
Lloró un poquito pero no se le negó la realidad que es : que una vacuna duele !!!
Y cada día tengo oportunidades para validar el dolor pues estos episodios están a la orden del día en cualquier casa con niños pequeños. Cuando le pasa, la abrazo y la dejo llorar conmigo..como mucho le digo a veces " ¿te duele? a ver..dime donde te duele....en ese momento le entrego mi amor y mis brazos ...he erradicado de mi inventario de frases hechas y transmitidas de padres a hijos el "Eso no es ná!"
CUANDO NO ME FUNCIONA
Hay veces, sobretodo cuando está de mal humor por sueño, que cuando valido, se suele irritar mas todavía.
Dice la autora:
La tendencia humana a convertir cualquier idea en una herramienta de control es algo que debemos evitar constantemente. Cualquier enfoque comunicativo puede convertirse en un dispositivo de control. Podemos usar la validación para tener el control; podemos incluso ser irrespetuosos al emplear estas habilidades comunicativas y desencadenar la rabia del niño. Los niños notan cuando se les manipula aunque no sean capaces de explicar con claridad su incomodidad"
"Cuando no se tiene otro objetivo que conectar con el niño y cuando no se juzga su modo de expresión, es menos probable que se le trate con condescendencia y control y es mas probable que se sea auténtico y amable"
"El error más común es insultar al niño afirmando (en lugar de preguntando) sus sentimientos. El hecho de anunciar un sentimiento puede percibirse como condescendiente"
Leyendo esto, entiendo que cuando su malestar es debido al malhumor que genera el sueño, lo último que quiere escuchar es que está de mal humor...ya lo sabe, mas bien, ya lo siente...me invita a reflexionar sobre ello y creo que en un futuro probaré a intentar conectarme con ella y quizás acompañar en silencio.
Y para terminar quería compartir un video de una escuela libre en las Alpujarras que nos plantea la duda de dónde vamos a escolarizar a Magdalena. Me parece una iniciativa que se corresponde con lo que estoy viviendo ahora en casa.
Parece que en Sevilla van a abrir una y nos lo vamos a plantear.
Queremos reconocer cuándo nos arrepentimos de nuestras acciones o palabras, pero al decir: "Siento haberte herido", nos hacemos responsables de las emociones del niño. Aunque nos arrepintamos de lo hecho y nos demos cuenta de haber provocado dolor, debemos permitir al niño ejercer el digno derecho de ser el único autor de sus sentimientos. Además, cuando damos a entender que hemos provocado sus sentimientos, insinuamos que el niño es débil y no está al mando de sus propias emociones. Entonces aprende a identificarse como víctima y a culpar a los demás por su emociones
Hace mas de una semana que lo leí y en un primer momento, no lo entendí muy bien. No veía que podía tener de malo decir "Siento haberte herido". Pero haber descifrado su significado profundo es uno de los regalos de estar, por primera vez, tomándome en serio la aplicación de lo que tan bien resuena en mi corazón. Y es gracias a la auto-disciplina que me impongo al haber empezado este blog.
Los que alguna vez habéis leído libros de auto-ayuda ( yo, un montón!) reconoceréis este concepto. Nos dicen que nosotros somos los únicos responsables de nuestras emociones. Y cuando uno llega a interiorizarlo y a aplicarlo en su día a día e incluso en los conflictos mas profundos que todos arrastramos (habitualmente relacionados con la familia), es cierto que se siente como si hubiéramos descargado un gran peso de la mochila.
Por eso, cuando ahora leo este párrafo...lo que me está diciendo es: "Esta es la llave para la paz interior de tu hijo"
Si de verdad, llegamos a saber manejar esta situación con nuestros hijos en las ocasiones que nos equivocamos, el resultado a largo plazo es de un valor tremendo, en mi opinión.
Personalmente, lo que hoy me permite sentir paz interior y sentir que soy la única responsable de lo que sienta y me pase, es haber dejado de culpar a los demás, concretamente, familia y pareja.
No hace ni tres meses que di el salto a experimentar todo de una manera responsable, liberando así a los que culpabilizaba y también mis propias culpas. Y como se, que la paz interior va y viene, ya que no se lo que la vida me tiene preparado en cuanto a retos y lecciones..voy a aprovechar esta ola de estabilidad para construir un vínculo auténtico con mis hijos.
Buscando una imagen que para mi representara paz interior encontré de todo en Google: Curioso pero casi siempre mujeres...haciendo yoga, saltando con los brazos extendidos, paisajes bucólico pastoriles, etc.
Esta me encantó
Es un cuadro pintado por una monja, Isabel Guerra.
Ahora queda la puesta en práctica de esta teoría. Así que, cuando me equivoque elegiré bien las palabras. Ya os lo explicaré !
Por cierto, sobre el post de hacer peticiones a los niños (Mas difícil todavía), ya van tres veces que lo pongo en práctica y funciona! Magdalena me ayuda por voluntad propia.
He acabado de leer la primera parte del libro y hasta ahora había dos párrafos que había marcado con un interrogante y una carita desconcertada.
Me planteaba dudas y porque no decirlo, incredulidad.
Ahí va un poco de interesantísima teoría.
"Con el nuevo paradigma, los niños no están obligados a satisfacer nuestras necesidades. Son libres de tomar su propias opciones ante nuestras peticiones, y nosotros hacemos lo que debemos al respetar sus elecciones y cuando somos considerados ante sus limitaciones y aspiraciones. Nuestra tarea consiste en comunicarnos con los hijos, como lo haríamos con otros adultos, sin inferir que esperamos que hagan lo que les pedimos. Si nuestra petición no se realiza, tendremos que aceptarlo respetuosamente o bien mostrar nuestra comprensión ante las preferencias del niño y comentar las posibilidades de satisfacer las necesidades de todos o encontrar una solución que nos convenga tanto a nosotros como al niño"
"Sus peticiones deben ser auténticas;no finja que hace algo por el bien del niño cuando es por su propio bien"
"La enseñanza prematura es como el nacimiento prematuro, conlleva un precio; ralentiza el proceso de aprendizaje y levanta un muro de desconfianza entre padre e hijo"
"Necesito que la sala esté limpia" Su hijo puede decidir ayudarle o no a limpiar, pero conocerá su preferencia por el orden y finalmente deseará lo mismo para sí.
"Forzarle o insistir para que ayude solo conseguirá provocar sentimientos de fracaso, resentimiento y culpa. estos sentimientos dolorosos impedirán el desarrollo de un deseo auténtico por ser útil. Por otro lado, al observarnos mientras limpiamos sintiéndose bien consigo mismo, o al marcharse tranquilamente y encontrar la alfombra limpia mas tarde, permite al niño interiorizar nuestras preferencias y llevarle finalmente a elegir libremente participar en ellas"
Ehem! ¿Qué os parece? ¿entendéis porque había dejado la aplicación de esto en stand by?
Pero como me lo he tomado en serio y aunque sea lo opuesto a lo que he venido haciendo hasta ahora, decidí darle un voto de confianza a Naomi y esperar la ocasión para ponerlo en práctica. Este párrafo me pedía a gritos un ejemplo.
Y la ocasión no se hizo esperar...Aquí os muestro una foto del avión que hizo Magdalena en el salón. Le gusta mucho el manitas de Art Attack (Disney Jr) y de vez en cuando nos deleita con composiciones.
Qué chulo!!! dije yo ( y por dentro pensaba, madre mía ..verás para recoger esto luego! )
Decidí que era la situación perfecta para probar lo que esta buena señora recomienda. Sinceramente, no las tenía todas conmigo y es mas, tenía miedo de que si le daba la opción de no ayudarme ( lo cual no había hecho nunca) por primera vez, y no funcionaba..la niña podría confundirse si volvía a obligarla como siempre en futuras ocasiones.
Estuvimos jugando y viajando todos pilotados por una encantadora pilota que nos llevo a una isla con playa y volcán incluido..mismo que iba a erupcionar en tres semanas, así que no había problema ( Lanzarote la marcó mucho!!)
Y por fin llegó el momento del "Necesito que la sala esté limpia y ordenada" (opté por usar la misma frase del libro pues me pareció sencilla, clara y es claramente el motor que hace que hasta ahora haya utilizado otras estrategias.
Le añadí un "Si quieres, puedes ayudarme"
Y me ayudó! a su manera, claro. Yo la observaba y la verdad es que su deseo de ayudar era genuino..su motor no era la necesidad de orden, era ayudar y supongo que complacerme. Pero es cierto que no la obligué. De hecho, empezaron unos dibujitos que le gustan y se sentó a verlos pero no lo tomé como el clásico escaqueo ( por Dios! tiene tres años) simplemente, se despistó. Quise llamar su atención cantando para ver que pasaba y cuando salió del despiste de la tele...eureka! siguió recogiendo.
Preguntas que me sigo haciendo a pesar del éxito:
El día que no me ayude, ¿sabré aceptarlo?
¿Que pasaría si lo hago cuando toca recoger por la tardes después de haber pasado por aquí todos los niños del barrio?
¿Puede pasar que aplicado en niños un poco mas grandes se de el caso de que NUNCA decidan ayudar?
Como veis, sigo teniendo dudas. Se agradecen opiniones al respecto.
Cuántas veces habré escuchado esta frase de pequeña...en verdad no recuerdo lo que pensaba ante esa restricción temporal que me imponían, seguramente obedecía, mas por temor que por otra cosa.
Normalmente suelo fregar cuando Magdalena está haciendo la siesta, pero este día, animada por los progresos, me atreví a hacerlo durante la mañana esperando la colaboración de la niña.
Cometí el error de fregar la zona del salón mientras ella estaba en la cocina y no en su sofá desde el que mira los dibujitos. Esto significa que le tuve que pedir que se esperara en tierra de cazos y la cosa no le hizo mucha gracia. Usé el Por favor ( del cual dudo seriamente si tiene algún efecto en los niños ) y le expliqué el porque le pedía que no pisara lo fregado. Su cara era inexpresiva, viéndolo con perspectiva, quizás no tenía ninguna lógica para ella.
La cuestión es que a la que me di la vuelta, ya había iniciado el regreso a su querido y confortable sofá. Le pegué un grito ( obvié la ventana de pensamientos automáticos ) e incluso la amenacé ( reconozco que esta mala práctica es muy habitual en mi): "Si pisas el fregado, no dejaré que hoy juguéis aquí en casa" me avergüenzo un poco de escribirlo, la verdad, pero es lo que le dije. Lo mas gracioso es que ni mi cara de enfado ni la amenaza funcionó. Me di la vuelta y continuó hasta su sofá alegremente. Me enfadé mucho ya que al principio lo interpreté como una lucha de poder ( creo que de este tema habla mas adelante el libro).
Por suerte, algo he avanzado y rebobiné..Me tranquilicé y alcancé a preguntarle por qué lo había hecho..y con cara angelical me dijo " es que quería ver la tele "
Simplemente le contesté que la próxima vez que quisiera ir a algún lugar y tuviera que pasar sobre lo fregado, me lo pidiera, y yo la llevaría en brazos o pondríamos unos periódicos en el suelo ( de toda la vida)
Sin duda, el objetivo es lograr que haga lo que le pido, no por miedo, sino por voluntad propia.
Dice la autora
"Cuando nos enfadamos, sacamos conclusiones sin tener en cuenta los hechos ni la intención del niño"
Muchas veces seguramente sus intenciones son mas inocentes de lo que pensamos y creo que en este caso, era una de ellas.
Me arrepiento mucho del uso de las amenazas y me pregunto cuál es la linea que separa una amenaza de una condición..me explico:
"Si no te tomas la comida, no hay postre"
"Si no meriendas bien, no sales a las 8 pm"
"Si quieres que te compre el globo, portate bien en el supermercado"
"Iremos al salón de juegos si te portas bien"
"Si no me dejas peinarte, te apago la tele"
Funcionan..pero ahora me pregunto: ¿Por qué obedece? porque quiere conseguir lo que le pongo en duda, o sea, en realidad es un chantaje no? uy, socorro, que alguien me amenace con lavarme la boca con jabón!
Erradicar estas habituales frases me costará pero creo que es necesario. No he leído nada sobre el tema todavía pero parece que una cosa lleva a la otra..y esto no es otra cosa que des-educarme para educar, como bien dice la autora.
“Todos guardamos recuerdos de dolor y verguenza que afloran cuando nos vemos ante situaciones semejantes, aunque sea remotamente”
“Se trata a menudo de sentimientos de los cuales podemos no ser conscientes a causa del miedo y la incomodidad arraigados en nuestras experiencias pasadas. Si, de niños, aprendió a no mostrarse triste, a no llorar, a no pedir atención y a no expresarse plenamente, es probable que haya usted suprimido estos sentimientos desde hace tiempo”
Como ya me imaginaba, este libro está removiendo y a la vez liberando temas pendientes de mi pasado. En realidad, lo que está haciendo es: SANANDO
No se si es casualidad pero la mayoría de personas a las que he conocido a lo largo de mi vida, tenían una sensación ( algunos mas y otros menos) de no haber sido comprendidos, aceptados, respetados y en ocasiones amados por sus padres. Casi todos, llegada la madurez, recuperamos los vínculos, perdonamos o no..pero en el fondo deseamos tener al fin una relación de iguales con nuestros padres. Pero, a pesar de ello, esas heridas vuelven a escocer de vez en cuando, sobretodo, cuando nos frecuentamos.
Y le digo yo hoy a mi niña interna, a la que todavía se rebela ante ese vínculo frágil: ¿Cómo iban a educarte tus padres en la validación si no había nacido Naomi Aldort?
No es en broma, lo digo en serio.
Si yo misma llevo 14 años negando a mi hijo Pablo y repitiendo el mismo patrón con exactamente la misma consecuencia: Un vínculo basado en el amor pero también en los reproches dichos y no dichos.
En aquella época no existían como ahora tantas personas generadoras de conciencia en la educación de los niños que nos facilitan el camino de esta difícil tarea. Y es lógico que actualmente seamos tantos los que todavía tenemos que iniciar el camino de validarnos y valorarnos a nosotros mismos.
La educación recibida ha hecho que suprimamos nuestra capacidad de permitir a nuestros hijos expresarse. Esta tarde, sin ir mas lejos, un niño de 8 años educado tradicionalmente, le decía enfadado a mi hija que no se lloraba cuando te haces pupa mientras, al mismo tiempo, yo le decía que si le escocía el agua oxigenada era normal y que podía llorar.
Esto me hace pensar que el patrón de negación se instala muy rápido en las mentes de nuestros hijos y que como padres tendremos que compensar con la práctica diaria, todas las influencias que no podremos evitar de familiares, profesores o amigos.
Magdalena ha llorado porque le escocía, y punto.
Y lo mas importante y principal motivo de este post, mucho menos que en otras ocasiones en las que los "No es nada" , " no exageres" , "no es para tanto", "no chilles tanto que se van a enterar hasta en Mallorca" campaban a sus anchas.