Hoy un hombre entró en la farmacia y pidió un test de embarazo. No lo dijo bajito como hacen los hombres cuando los mandamos a por tampax. Lo dijo alto y claro, lo dijo feliz. Todos los presentes sonreímos y probablemente recordamos momentos dulces de nuestras vidas relacionados con nuestro nacimiento o el de nuestros hijos. Una energía de buen rollo se instaló en nuestros corazones.
Recordé que tal día como hoy nació el padre de Magdalena, al cual desde aquí felicito.
También recordé que hace poco una mujer me dijo que había tomado la decisión de no ser madre ya que lo consideraba una responsabilidad enorme y que tal y como estaba el mundo, era para pensárselo.
Quizás sean pocos lo que se plantean, antes incluso de concebir, si están dispuestos a asumir la responsabilidad de criar niños felices, que puedan ser ellos mismos puesto que serán aceptados en primer lugar por los que responsablemente, les han traído al mundo.
Conozco poco a esa mujer, somos compañeras de yoga, pero tengo la sensación de que ella si se ha planteado la responsabilidad de criar a un niño feliz. Creo que es probable que se haya hecho preguntas importantes y profundas. Quizás desea profundizar en ella misma, quererse mas y no plantearse tener un hijo para llenar un vacío que solo ella misma y su amor propio pueden llenar. Celebro su decisión y la admiro.
Yo concebí a a mi primer hijo de una manera totalmente irresponsable, ni siquiera me planteé la responsabilidad económica, estaba enamorada y tocaba. Apliqué el método Estivill y toda una lista de acciones que estaban muy lejos de ser una crianza responsable, con corazón. Yo no era mala persona, yo amo a mi hijo, no cabe duda..pero en ningún momento me planteaba su felicidad a largo plazo. De eso hace 14 años y estoy viviendo las consecuencias de una crianza desapegada. Principalmente las está viviendo él al no encontrar su lugar en el mundo y tener una auto-estima muy mermada a pesar de ser un ser perfecto.
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