"Esperar que el niño se desarrolle siguiendo un ritmo establecido por usted contradice la idea de quererle por lo que es, porque su valía se mide según su estandares y calendario"
"Dejar atrás su visión del comportamiento o los logros del niño puede resultar difícil. Cuando el bebé nace, automaticamente imaginamos que será un niño "fácil" y "bueno" que crecerá a semejanza de nuestra imagen de bondad y éxito.
Parece ser que generamos expectativas sobre cómo queremos que sean nuestros hijos aunque nos propongamos no hacerlo. Hay una característica de la personalidad de Magdalena que me cuesta aceptar. Es muy mandona y a veces grita mucho cuando juega con sus amigos si no hacen lo que ella dice.
A raíz de leer cómo la autora ayudó a re-orientar sus creencias a una madre que tenía el mismo problema con su hija, he empezado a considerar que ese rasgo de su personalidad, lejos de ser algo que cambiar, pueda ser una faceta a valorar.
Mientras yo mantenga la expectativa de que no sea mandona, no la estaré aceptando tal como es y lo mas probable es que eso influya en como ella percibe mi amor.
La reflexión que propone es mas o menos así: No me es útil el pensamiento de que no debería ser mandona, ya que no me permite admirar su liderazgo. En mi opinión esta afirmación tiene sus matices porque un líder no grita ( o no debiera hacerlo) pero sí es cierto que es muy habitual escucharla decir "tengo un plan" y muchas veces logra que niños mas mayores que ella la escuchen y pongan en marcha sus ideas.
Quizás no tenga que ser yo, su madre, quien la juzgue y coarte en su exhuberante modo de afirmarse ¿Y si tengo que dejar que ella misma juzgue las consecuencias de tener este comportamiento al vivir las quejas y deserciones de sus amigos?. Si confío en su proceso de aprendizaje es posible que pueda ser testigo de que ella misma modere ese comportamiento por voluntad propia.
Me propongo estar atenta a mis intervenciones e intentar dejar que fluyan las situaciones que surjan.
Hay un cuento que puede servir mucho para hacerles pensar sobre este tema: Marta y el dragón rabión. Llevo casi un mes leyéndoselo casi cada noche y no se cansa. En el video que colgué de la escuela de las Alpujarras, una de las educadoras explicaba porque ellos cuentan el mismo cuento durante varias semanas. Parece que el hecho de escucharlo muchas veces les permite ir identificándose cada vez con los distintos personajes del cuento y que este hecho es muy positivo para su desarrollo. Esto lo vine a saber cuando ya llevaba tiempo con este cuento y me dió ánimos renovados para seguir contando noche tras noche la misma historia.
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