Más o menos como esta niña me sentía yo ayer en mi viaje de vuelta a mi tierra, Mallorca. me sentía ligera de expectativas, necesidades y viejos rencores.
Volar en avión con niños puede ser una fuente de estrés importante, así que me preparé para anotar mentalmente todos los ejemplos que surgieran para poderlos escribir en el blog. Como soy una aficionada (por necesidad) a las listas, os detallo a continuación lo que, según mi experiencia, son requisitos necesarios para reducir las posibilidades de conflicto:
Validar Impaciencia y fastidio a tope: fueron muchas las ocasiones en que Magdalena mostró su impaciencia por llegar al aeropuerto, al avión, para despegar, para aterrizar..pero en mi opinión se merecía un gasto de energía extra ya que es una situación nueva y extraña para ella y la verdad..a quién no le da fastidio pasarse unas horas en un aeropuerto de cola en cola?
- Contestar generosa y honestamente todo tipo de preguntas
- Aparcar los pensamientos propios y eventuales preocupaciones, es decir, estar lo mas presente posible.
- Anticiparte previamente a las posibles necesidades que puedan ir apareciendo: comida, bebida, cuentos, pinturas, plastilina. Si, la bolsa pesa un poco mas e incluso puede acabar algo derramado dentro, pero el tener a mano todo cual inspector Gadget, te ahorra muchos dolores de cabeza.
- Rezar al santo de turno para que el avión salga puntual.
- Estar dispuesto a gastar algunos euritos en algún caprichito no excesivamente caro..Por qué no? no suelo ser mas papista que el papa así que unos sellitos en el Imaginarium la ponen de un humor fantástico y no creo que la esté induciendo al materialismo.
He comprobado en este viaje que dar atención estando presente es mucho menos cansado que dar atención cuando el niño lo convierte en un reclamo… y sabemos que las variantes de reclamar atención de un niño pueden ser muy irritantes. Pues bien, cuan do llegamos al avión no me sentía tan cansada como cuando antes llegábamos a esta fase, eso sí, escucharla y mirarla me estaba dando una tortícolis importante....pero de repente, llegó el regalo; Se quedó ensimismada en su pensamientos una cantidad de tiempo anormal en ella.
La conclusión que saco de esta situación es la siguiente:
Al sentirse atendida y cuidada, y saber que no tenía que luchar por ello, le dio la tranquilidad para estar un rato desapegada de mi..no porque la hubiera reñido y estuviera entristecida.
Esos 10 minutos de gloria me permitieron ahondar en esos pensamientos que había conscientemente aparcado. Estaba volando a Mallorca e iba a cumplir un año del fallecimiento de mi madre. No me sumergí en la melancolía porque personalmente no creo en la muerte y se que algún día me reencontraré con ella en otro plano. Pero no es esto sobre lo que reflexioné sino en la cantidad de muertes simbólicas que había vivido en el último año. Cada una de ellas con su correspondiente nacimiento. Y esta es la lista:
- Muerte de mi madre y nacimiento de una relación mas íntima y cercana con mi padre.
- “Muerte” de una trayectoria profesional de 5 años trabajando en la discapacidad visual y nacimiento (o mas bien, renacimiento) de unas inquietudes al disponer del tiempo necesario para poder profundizar en ellas.
- “Muerte” de una etapa de mi vida en Barcelona y nacimiento de una nueva etapa en Sevilla.
- “Muerte” de una etapa de vida en pareja en su formato clásico y nacimiento de una relación de camaradería y apoyo mutuo en la aventura por separado de completarse como personas libres y autónomas con la convicción de que, todo ese trabajo interior repercutirá en la felicidad de nuestra hija. Sin esa “separación” por llamarlo de alguna manera que se entienda, no hubiera sido posible esta unión actual.
- “Muerte” de una forma de educar y nacimiento de otra diferente con su principal consecuencia : La creación de un vínculo con mis hijos basado en el amor incondicional, el respeto, la confianza, la responsabilidad, la aceptación y la libertad.
Nunca un viaje en avión había sido tan fructífero.
Qué buen Blog! Me encanta. Yo soy mamá y bloggera y tengo tiempo con ganas de compartir mis experiencias. Algunas veces ya lo he hecho, en algunas entradas pero creo que leerte me da ánimos. Lo que me gusta es que te ves equilibrada. Sin ser de esos blogs que te hacen sentir culpable, ni el otro extremo que a veces da tips que suenan muy bien en papel pero que no tienen nada que ver con el mundo real. :D Saludos desde Venezuela.
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