lunes, 20 de agosto de 2012

Escuchar


¿Por qué será que nos es tan fácil, por ejemplo, animar a nuestro hijo a escuchar el trigo y nos cuesta tanto enseñarle a que se escuche a sí mismo?

Quizás en el fondo nos da miedo arriesgarnos a descubrir en nuestro hijo a nuestro mejor maestro. No a un nivel consciente, por supuesto. Pero me da que algo de eso hay.
Pensamos que la figura del padre es la del guía, el poseedor de la verdad..el clásico " hazme caso, es por tu bien".

Desde que hace unos años leí lo que dice sobre los hijos  Khalil Gibran en su mas que recomendable libro "El profeta", este concepto se me vino abajo estrepitosamente.
Y no fué después de un largo razonamiento y su posterior rasgamiento de vestiduras, en mi caso, fué un alivio saber que alguien había escrito lo que mi alma intuía y lo que había desembocado en un gran e injusta rebeldía hacia unos padres que finalmente, lo hicieron lo mejor que supieron.

Solo unos versos para abrir boca y que cada uno sacie su curiosidad, si se da el caso.

Sobre los hijos:

"...Vienen a través de vosotros, pero no vienen de vosotros.
Y pese a que están con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos..."

Si hoy estas ideas son revolucionarias, imaginaros en el 1923 cuando esta obra fué publicada.
Vamos lentos pero creo que ha llegado el momento de ponernos las pilas, sobretodo porque los niños que estamos criando son diferentes y no aceptan pulpo como animal de compañía.

Si aprendemos a aceptar sus expresiones cuando se escuchan a sí mismos, quizás estaremos haciendo posible que en un futuro descubran cuál es su misión en la vida y encaminarlos a desarrollar su proyecto personal, según sus habilidades peculiares y pasiones verdaderas. Para cuando estos niños lleguen a la edad adulta y se desenvuelvan en el mundo profesional "ejecutando" su pasión, es casi seguro que no nos encontraremos lo que hoy en día estamos viviendo: Seres humanos desubicados, o sea, lejos del que debiera ser su sitio en realidad. Personas inevitablemente infelices.

No me extrañaría que alguno de esos políticos que tanto criticamos, incluso el mas chorizo de todos, fuera un niño con otras habilidades que sus padres no supieron ( no porque no quisieron) descubrir, fomentar, dejar volar, aceptar..en definitiva, no supieron animarle a escucharse a si mismo.

Dice la autora
"Al detener la expresión del niño, seguimos encallados en nuestras viejas heridas y no le comprendemos"
" darse cuenta de que el niño está expresando una necesidad puede servir para modificar nuestro propósito de modo que ya no sea detener la expresión del niño sino responder a sus necesidades"
"lo que impide querer y comprender al niño es nuestro diálogo interior sobre el miedo a perder el control, a que el niño no se desarrolle correctamente"

Si hoy tenemos toda esta información y por todos lados nos está llegando, a través de libros, documentales, conferencias, radio ( me han dicho que ayer habló Sampedro), televisión (Punset)...no podemos mirar a otro lado porque, sencillamente, es una propuesta difícil y nos hemos acomodado.

Y acabo con Gibran de nuevo
"Podéis esforzaros por ser como ellos, pero no busquéis hacerlos como vosotros"

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