lunes, 6 de agosto de 2012

No me pises lo fregado, por favor




Cuántas veces habré escuchado esta frase de pequeña...en verdad no recuerdo lo que pensaba ante esa restricción temporal que me imponían, seguramente obedecía, mas por temor que por otra cosa.

Normalmente suelo fregar cuando Magdalena está haciendo la siesta, pero este día, animada por los progresos, me atreví a hacerlo durante la mañana esperando la colaboración de la niña.

Cometí el error de fregar la zona del salón mientras ella estaba en la cocina y no en su sofá desde el que mira los dibujitos. Esto significa que le tuve que pedir que se esperara en tierra de cazos y la cosa no le hizo mucha gracia. Usé el Por favor ( del cual dudo seriamente si tiene algún efecto en los niños ) y le expliqué el porque le pedía que no pisara lo fregado. Su cara era inexpresiva, viéndolo con perspectiva, quizás no tenía ninguna lógica para ella.

La cuestión es que a la que me di la vuelta, ya había iniciado el regreso a su querido y confortable sofá. Le pegué un grito ( obvié la ventana de pensamientos automáticos ) e incluso la amenacé ( reconozco que esta mala práctica es muy habitual en mi): "Si pisas el fregado, no dejaré que hoy juguéis aquí en casa" me avergüenzo un poco de escribirlo, la verdad, pero es lo que le dije. Lo mas gracioso es que ni mi cara de enfado ni la amenaza funcionó. Me di la vuelta y continuó hasta su sofá alegremente. Me enfadé mucho ya que al principio lo interpreté como una lucha de poder ( creo que de este tema habla mas adelante el libro).

Por suerte, algo he avanzado y rebobiné..Me tranquilicé y alcancé a preguntarle por qué lo había hecho..y con cara angelical me dijo " es que quería ver la tele "

Simplemente le contesté que la próxima vez que quisiera ir a algún lugar y tuviera que pasar sobre lo fregado, me lo pidiera, y yo la llevaría en brazos o pondríamos unos periódicos en el suelo ( de toda la vida)

Sin duda, el objetivo es lograr que haga lo que le pido, no por miedo, sino por voluntad propia.



Dice la autora


"Cuando nos enfadamos, sacamos conclusiones sin tener en cuenta los hechos ni la intención del niño"

Muchas veces seguramente sus intenciones son mas inocentes de lo que pensamos y creo que en este caso, era una de ellas.

Me arrepiento mucho del uso de las amenazas y me pregunto cuál es la linea que separa una amenaza de una condición..me explico:

"Si no te tomas la comida, no hay postre"
"Si no meriendas bien, no sales a las 8 pm"
"Si quieres que te compre el globo, portate bien en el supermercado"
"Iremos al salón de juegos si te portas bien"
"Si no me dejas peinarte, te apago la tele"

Funcionan..pero ahora me pregunto: ¿Por qué obedece? porque quiere conseguir lo que le pongo en duda, o sea, en realidad es un chantaje no? uy, socorro, que alguien me amenace con lavarme la boca con jabón!

Erradicar estas habituales frases me costará pero creo que es necesario. No he leído nada sobre el tema todavía pero parece que una cosa lleva a la otra..y esto no es otra cosa que des-educarme para educar, como bien dice la autora.

Saludos frescos desde el Sur



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