sábado, 4 de agosto de 2012

Cuando nos salimos de la rutina!





Ayer por la noche mi calle se vistió de fiesta. Hace dos meses que me he mudado al pueblo de Gerena y he tenido la suerte de encontrar lo que había soñado para Magdalena; La posibilidad de jugar en la calle!
Magdalena solo se sabe una hora: las 8pm. A partir de las 5 de la tarde va y vuelve de la cocina asegurándose de que el palo corto todavía no se ha posado sobre los dos circulitos uno sobre otro. Esa es la hora a la que, en Gerena, pasa la calor ( no siempre!) y dejamos salir a los niños a la calle.

Suele jugar con amiguitos, todos varones, entre 5 y 8 años. E inevitablemente, las respectivas madres compartimos algunos ratitos juntas y poco a poco nos vamos conociendo.

Ayer se organizó una Velá (como la llaman aquí) y confirmé mi asistencia, imaginaba que Magdalena disfrutaría de, por una noche, continuar los juegos hasta pasadas las 10 de la noche. Lo que no tenía claro era como llevaría ella lo de sobrepasar su hora de dormir que son las 11 de la noche.

En Andalucía es algo habitual que los niños se queden con los padres hasta las tantas en la calle, despiertos o dormidos en los cochecitos. Como no me gusta trasnochar, pues he intentado siempre evitar dicha situación ya que conozco a mi hija y se que su cama ( a su hora) y su cuento es de lo mas sagrado del día.

Así que..me mentalicé de que la noche podía ser el marco ideal para poner en práctica la validación y además en público!!! Magdalena y yo somos un equipo...y..O nos lo pasamos bien las dos, o nada!

Efectivamente, fue caer la noche oscura y pedirme ir a casa insistentemente. Ja! eran las 10,30 y apenas había probado el queso..o sea, apenas habíamos puesto el aperitivo..Todas muy amables empezaron a intentar desviar su atención para que yo pudiera compartir la charla y la cena ( un carrito de su hijo para dormir, entrar en una casa cercana a ver tele, etc). No quiso el carro, no quiso la tele... así que validé y me arriesgué a acabar volviendo a casa con unos triángulos de queso y unos trocillos de recebo (delicioso) en mi estómago.

Le dije que entendía que tuviera ganas de ir a casa y que a mamá le gustaría quedarse por lo menos hasta que hubiera comido un poco. Le propuse ir a buscar su cochecito y así estar a mi lado tumbada o charlando, lo que ella quisiera..esta claro! no era el plan ideal para mi, pero tenía claro que si la obligaba  a jugar con los niños o le demostraba que me estaba fastidiando, solo haría que se sintiera culpable.

Y aceptó!!! Entendí que SU carro era lo mas cercano a SU cama y le daba seguridad. Claro que hubiera preferido no levantarme y seguir empinando el codo con el albariño..pero me compensaba el paseo: sabía que la niña lo necesitaba, no era un capricho..porque, dicho sea de paso, muchas de las cosas que a veces calificamos de caprichos de nuestros retoños..probablemente no lo sean realmente.

A partir de ahí todo fue muy bien..muy bien porque le dediqué caricias, miradas y una oreja atenta cuando se le ocurría algo que quería compartir. Tuve que interrumpir alguna conversación pero a mi no me importaba..luego la retomaba si podía y santas pascuas!

Al verme pendiente de ella, empezó a querer bajar a jugar con los niños cuando los veía haciendo algo tranquilo, iba, volvía, iba, volvía..al final..lo pasamos bien las dos y casi a la 1, cuando me pidió para ir a dormir, me despedí de tan grata compañía y nos fuimos contentas ( yo, piripi).

Conclusiones


  • Validar en público no me implicó ninguna inseguridad
  • Validar y sacrificar el 100% de la diversión adulta merece la pena
  • La compañía y charla de mi hija también me encanta
  • Ya no bebo mas (en serio)



Un beso y buen fin de semana!



3 comentarios:

  1. Es un placer leerte.
    Espero que tu Conciencia sea contagiosa y salte de boca en boca de risa en risa.

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  2. qué bien que lo pasarais bien, me alegro!

    yo, queria preguntarte una cosa, sobre validar... porque a veces no śe muy bien cómo debo hacerlo, (yo tb estoy aprendiendo, jejeje),

    por ejemplo, a veces se me presenta esta situacion: mi niño esta con otros adultos, lo esta pasando bien, y de repente, sin saber muy bien porqué, algo le enfada, y ya se transforma, se pone de mal humor, empieza a tratar mal a las mismas personas con las que antes estaba jugando, y si intentan que se le pase, es peor..... y claro yo no sé muy bien como actuar, y lo unico que alcanzo a decirle es que no se debe tratar asi a las personas, que si esta de mal humor puede decirles "ahora no tengo ganas de hablar/jugar, porque estoy de mal humor/enfurruñado...

    como validar ese sentimiento? hoy, precisamente me ha pasado, y no he sabido actuar, por dentro estaba enfadada con el peke por comportarse asi, y no sabia que decirle......

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  3. Buenas..me alegro que hayas hecho este comentario porque me anticipa ante una situación que últimamente no he vivido. He intentado ponerme en tu lugar y creo que lo que le has dicho está muy bien no?. Lo que seguro que me pasaría a mi ( hasta que no interiorice todo esto ) es que le daría mas importancia a la situación que se crearía, pensando en el malestar de esas personas que a lo que pudiera estar sintiendo el niño que le hace actuar de esta manera. Sin duda, es una situación complicada. Como no se mucho de la situación ni de las personas adultas con las que juega..solo decirte que en el caso de mi hija, le ha pasado alguna vez cuando los adultos, sin querer, les manipulamos y controlamos, incluso cuando se comparten ratos de juego. Habría que ver cómo se relacionan con tu niño estas personas o simplemente poner esta situación en el cajón de las reacciones que no alcanzamos a comprender y nos exigen amor incondicional. Gracias por compartir.

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